Considerado como un Tesoro Humano Vivo por el Instituto Estatal de la Cultura, y guardián de la Danza de los Indios Broncos, Felipe Rodríguez Rodríguez, conocido como “Don Fili”, falleció a los 96 años en la comunidad de La Tapona en el municipio de San Felipe; Don Fili aportó durante su vida a la preservación del patromonio inmaterial cultural de Guanajuato, pues del grupo de cinco personas que representaban la Danza de Los Indios Broncos, era el último sobreviviente.
La Danza de los Indios Broncos es una de las fiestas religiosas más tradicionales del noroeste de Guanajuato. Esta representación tiene la particularidad de ser una serie de movimientos tan delicados que era muy selecto el grupo al que se le enseñaba, ya que los golpes que se enseñan pueden ser muy peligrosos, y por lo tanto permanecen herméticos en compartir sus conocimientos.
Rodríguez fue el decano de la Danza de los Indios Broncos, y un vínculo entre distintas generaciones de danzantes. Muchos recibieron directamente sus enseñanzas y otros tantos saben de él al ser una referencia siempre presente. El último conjunto de danzantes al que asesoró directamente fue Pasos de Luz, establecido en 2020.
No sabía que su nombre real era Felipe
Campesino durante toda su vida, pero también alabancero y danzante, Don Fili, recibió en 2022 la distinción como Tesoro Humano Vivo por parte del Instituto Estatal de la Cultura, en reconocimiento a su aporte en la preservación del patrimonio cultural inmaterial de Guanajuato.
Rodríguez Rodríguez nació el 22 de agosto de 1927, en el rancho La Tapona, en el municipio de San Felipe. Fue el segundo de los nueve hijos de Anastasia Rodríguez Rojas y Juan Rodríguez Barrón.
Durante toda su niñez y hasta el día en que se iba a casar le llamaron “Filiberto”. De ahí su apodo “Don Fili”, “Yo nunca me fijé en mi acta de nacimiento y la verdad hasta el día que tenía que llevar papeles para casarme me di cuenta que me llamaba Felipe, no Filiberto”, contaba.
Su familia es la guardiana de su legado
En la última década, Don Fili fue homenajeado también por el Instituto Municipal de Cultura de San Felipe, el Instituto Estatal de la Cultura y la Secretaría de Cultura federal.
A Felipe Rodríguez le sobreviven sus hijos y sus nietos, varios de ellos también danzantes, quienes continuarán preservando su legado.