Vecinos del fraccionamiento Urbiquinta en Tonalá denuncian hostigamientos por parte de grupos porriles quiénes estarían hostigando a los habitantes de este desarrollo habitacional para que cesen las manifestaciones en contra de la operación del vertedero de Matatlán, espacio qué reinició de operaciones de manera irregular el pasado mes de diciembre.
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Los vecinos denuncian que desde hace una semana sujetos en camionetas, cuando menos un centenar de ellos, transitan por calles de la colonia y arrancan las lonas colocadas en señal de protesta por la apertura de este espacio y que solamente está autorizado para ser operado como central de transferencia de basura, pero lo están usando como sitio de disposición final de residuos sólidos.
“Pasan en camionetas y nos dicen que quitemos la lona. Si nos negamos nos amedrentan porque traen palos y bates y luego nos dicen que no la volvamos a poner, ya nos quitaron, que yo sepa unas tres, pero vamos a ponerles más”, señaló una afectada, quien afirmó que estas personas serían pepenadores que estarían siendo quienes presionan porque a ellos le sirve la apertura de este lugar.
Por medio de las redes sociales, algunos vecinos divulgaron imágenes de los presuntos agresores quiénes comenzaron a rondar el fraccionamiento donde habitan más de 10 mil personas.
El pasado viernes, por medio de sus redes sociales, el presidente municipal de Tonalá, Sergio Chávez señaló y documentó que el basurero de Matatlán no solamente opera irregularmente, sino que está recibiendo basura de otros municipios metropolitanos e incluso de empresas particulares que les rentan a la concesionaria Caabsa Eagle
Guadalajara tendría que estar llevando su basura a Picachos en Zapopan, mientras que Tlajomulco y El Salto a un vertedero de Ixtlahuacán de los Membrillos, pero a decir de Sergio Chávez toda está llegando a Matatlán para ser usado como sitio de disposición final. Expresó que solamente 30% de la basura que llega en efecto la están retirando a otros vertederos que si son adecuados, pero por lo pronto Matatlán, tras su reapertura en diciembre, ya tiene más de 30 mil toneladas de desperdicios adicionales.
Refiere que el daño ambiental que se está generando en Matatlán es grave porque ni siquiera opera como relleno sanitario sino que los residuos se encuentran a cielo abierto.
Matatlán cerró en 2007 y si bien tenía permiso para operar como central de transferencia, es decir sólo recibir la basura de los camiones recolectores para después trasladarnos a sitios de disposición final, con el cierre del basurero de Los Laureles, la empresa Caabsa Eagle reabrió sin autorización esta estación de Matatlán.