Aunque originalmente se calculó que las obras para rehabilitar el mercado San Juan de Dios, tras el devastador incendio del 31 de marzo, costarían 50 millones de pesos, al final las autoridades tuvieron que reajustar las cifras y costará finalmente 120 millones de pesos.
Las autoridades municipales reconocen que el costo se disparó. Varios de los trabajos deberán esperar porque el municipio sólo cuenta con un techo presupuestal de 80 millones. Los 40 millones faltantes básicamente se iban a destinar a las obras y adecuaciones para evitar nuevos incendios.
El Comité Mixto Municipal de Obra Pública reconocen otro tema: la urgencia de hacer un tercer peritaje externo para saber qué daño estructural presenta el inmueble, pues los dos dictámenes que se hicieron fueron de las propias autoridades municipales.
Hasta el momento, lo gastado para la rehabilitación de los 426 locales afectados por el incendio de San Juan de Dios se distribuyó de la siguiente manera:
- 11 millones 150 mil pesos para la demolición, retiro de escombro y desmontaje de las estructuras siniestradas.
- 28 millones 360 mil pesos para la obra civil, habilitación de locales siniestrados y locales temporales.
- 33 millones 350 mil pesos para la instalación eléctrica y habilitación de locales siniestrados y temporales.
- Cinco millones para la colocación de un sistema de impermeabilización.
- Un millón 430 mil pesos para la coordinación, supervisión y proyecto de restauración.
Sin embargo, faltó una de las partes más importantes del proyecto: la sustitución y habilitación del sistema contra incendios que tendría un costo de 40 millones 700 mil pesos.
A decir de las autoridades, cuando se inició el proceso de rehabilitación, se hizo una estimación, pero posteriormente al avanzar en las obras se percataron que se debían hacer intervenciones de mayor profundidad que encarecieron los costos.
“Este mercado es un edificio protegido, incluso tenemos una supervisión especializada para preservar el legado del arquitecto Alejandro Zohn y obviamente también eso incrementa los costos. No es un edificio al que podemos llegar e intervenir y pintarlo del color que sea. Evidentemente la estructura del mercado es muy particular. Sí estuvieron en riesgo los tensores del mercado, aunque no pensamos que presenten un daño que ponga en riesgo en este momento o daño estructural, sin embargo si debemos hacer una trabajo mucho más puntual y más detallado”, reconoció Alexandro Manuel Hemández Carrera, suplente del presidente del Comité Mixto de Obra Pública del ayuntamiento.
Necesarios más peritajes sobre el daño al edificio
Los expertos reconocieron que, por tratarse de un edificio público, los peritajes realizados fueron responsabilidad del ayuntamiento de Guadalajara, pero señalan que es necesario otro peritaje, de un tercero y externo, para conocer el estrés que tuvo el edificio en el incendio del 31 de marzo y que alcanzó los tres niveles del inmueble. Dos de los paraboloides del mercado, aceptan, estuvieron sometidos bajo el fuego constante aquella madrugada y señalan deben de realizarse los dictámenes.
“No se necesita estar mucho en el fuego para que el concreto se cristalice, el acero tenga una baja de resistencia”, consideró el arquitecto Johnatan Alfonso Hernández León, miembro del comité.
El Comité señaló que se debe hace una revisión integral del mercado y conocer sus condiciones de seguridad, para lo cual pedirán a los regidores lo propongan para destinarle presupuesto. Aceptan que las condiciones estructurales con las cuales fue construido en 1958, no aplican para la actualidad.
Remozar todo el mercado
El ayuntamiento señala que sigue en pie una propuesta de remozar todo el mercado San Juan de Dios, aunque deberán esperar hasta 2023 por el tema presupuestal y de ventas.
A decir de las autoridades, se aguardará con este proyecto porque no se quiere perjudicar a los locatarios quienes apenas están retomando actividades y se avecina la época decembrina que es la de mejor venta para ellos. El proyecto es que mientras se intervienen ciertas zonas del mercado, los vendedores puedan estar trabajando en el exterior del inmueble de manera controlada, tal y como sucedió con los locatarios cuyos puestos se quemaron.