Aunque los sismos originados en la costa del Pacífico han generado daños severos en diferentes poblaciones de Jalisco, expertos reconocen que el próximo gran sismo que impacte a la Zona Metropolitana de Guadalajara podría no generarse en la subducción de placas tectónicas, sino de las fallas geológicas continentales.
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Los sismos originados en la costa han alcanzado escalas de hasta 8.2, pero con pocas secuelas en la Zona Metropolitana. Han sido los sismos generados en las fallas geológicas del Río Santiago y en la zona de Jocotepec las que han generado los temblores más devastadores para la ciudad, algunos de hasta 7.5 como el ocurrido en 1875 y que destruyó San Cristóbal de la Barranca y parte de Zapopan.
El 15 de diciembre de 2015 se inició un proceso de actividad en esta falla que se redujo en marzo de 2017. Incluso, el temblor registrado el 11 de mayo de 2016, de 4.8 grados de intensidad, fue parte de este ciclo conocido como enjambre. La actividad se reinició brevemente entre 2020 y 2021.
Sin planes antes un sismo a corta distancia
Sólo Zapopan ha desarrollado una estimación real de la afectación en caso de un sismo generado en la falla del Río Santiago. El estudio corrió a cargo del especialista japonés Kit Miyamoto y se señala que la zona de mayor impacto por un sismo en la falla del Río Santiago sería desde la zona de Puerta de Hierro hasta la colonia Constitución, pasando por el Centro de Zapopan.
En el escenario más catastrófico, con un sismo de 7.7, se estima que 29% de las construcciones acabarían con daño crítico y 31% con daño grave. La tasa de muertos estimada seria de dos mil 100 y 17 mil lesionados. Esto no cuenta las afectaciones en otros municipios metropolitanos.
El geólogo Manuel Ramírez explica que se ha puesto mucha atención a los terremotos que se originan en la costa, de elevada destructividad, pero falta poner atención a las fallas geológicas y si las edificaciones metropolitanas tienen procesos constructivos que soporten un sismo con epicentro cercano e hipocentro a poca profundidad.
“La investigación de los sismos no ha considerado los eventos de 1875 y los enjambres con epicentro a pocos kilómetros y profundidades someras. Hay escenarios de alto riesgo para la zona metropolitana de Guadalajara”, explicó el especialista.
Agregó que por ejemplo, no se ha tomado en cuenta que muchos suelos en Jalisco son rellenos o han sufrido procesos de compactación, por lo que no se ha estudiado los efectos de las ondas sísmicas en ellos o como reaccionarían en un terremoto de poca profundidad.
A diferencia de otras ciudades, en Guadalajara sería ineficiente la instalación de una alerta sísmica en caso de un movimiento de la falla del Río Santiago, pues por la cercanía, no daría ni siquiera tiempo de prepararse.
Eventos históricos
Entre 1900 y 2022 se han identificado mil 165 fenómenos sísmicos en Jalisco, con epicentro en Jalisco. El más fuerte fue el 3 de junio de 1932 que alcanzó 8.2 de magnitud con epicentro en Casimiro Castillo.
Según datos del Servicio Sismológico Nacional (SMN), de 2010 a la fecha, Jalisco ha sufrido 31 temblores por arriba de los 4.9 grados. El más fuerte se registró el 21 de enero de 2016 en la costa de Cihuatlán, de 6.5 grados.
De 2015 a la fecha se han registrado nueve eventos sísmicos originados en la falla del Río Santiago, por arriba de los cuatro grados de magnitud. El más fuerte de 4.8 el 16 de mayo de 2016.
Origen de los sismos en Jalisco
Los movimientos telúricos que han afectado a Jalisco se originaron de tres fuentes:
- Origen tectónico: ocasionado por la subducción de la placa del Pacífico con la placa de Norteamérica, Cocos y Rivera.
- Fallas activas (de tipo continental) en el sistema del cañón del Río Santiago, la fosa de Chapala, Zacoalco, Puerto Vallarta, Autlán y otras.
- Por actividad volcánica de montañas como El Ceboruco, El Jorullo o el Volcán de Colima.
- Tipo enjambre (sismos que se activan de manera constante por un rango temporal) que se originan por algún domo en la caldera del Bosque de la Primavera o fallas activas en la zona del Río Santiago.