En los últimos años, vemos una infinidad de juguetes tecnológicos complejos. En ellos, encontramos accesorios cada vez más elaborados, donde el niño prácticamente «ve jugar al juguete».
Un juguete cumple muchas funciones en el desarrollo físico, mental y emocional de un niño. Una de las características más importantes que debe tener, es que le permita usar su imaginación.
¿Te has dado cuenta que a los niños les gustan los juguetes más baratos y sencillos? Es por lo mismo, menos es más: ellos quieren decidir cómo jugar.
¿Por qué? Porque es el niño quien debe encargarse de crear su historia, ser él quien invente el juego.
Es por ello que los juguetes de vehículos, tal es el caso de autos, aviones, trenes y barcos son ideales. Estos juguetes muchas veces no tienen un nombre, no limitan las opciones de juego a una acción en específico y no tienen un exceso de estímulos.
Con información de Fundamentally Children, te compartimos los beneficios que tienen estos juguetes.
Juguetes de autos, barcos, trenes y aviones
El juego de aparentar. Como los vehículos son parte de su vida cotidiana, el jugar con ellos les permite dar sentido al mundo que los rodea, ejercitando su creatividad.
Esto sucede especialmente con niños de un año, quienes copian sus modelos a seguir. Además, fortalecen sus habilidades motoras finas.
Desarrollo físico. Los vehículos alientan el movimiento en los niños, manteniéndolos activos. El movimiento ayuda a desarrollar su coordinación, equilibrio y habilidades motoras gruesas.
Comprender el mundo. Algunos juguetes presentan a los niños roles en la comunidad. Los juguetes Playmobil son un buen ejemplo de ello, como el camión de reciclaje.
Juego Social o Independiente. Si el juego es con otros niños, esto les enseña a compartir, negociar y aprender sobre la competencia amistosa.
Barcos a la hora del baño. Los barcos son una excelente forma de solucionar el tema del baño. No es necesario una tina para ello, con una cubeta con agua cumplirá el propósito.
Además, el jugar con el bote y el agua es una buena actividad sensorial. Les permite a los niños aprender sobre los efectos del agua, por ejemplo, el que el barco flote a pesar de los intentos de hundirlo.
Alentar los sonidos en el juego. El imitar los sonidos de los vehículos les ayuda a los niños a desarrollar su comunicación. Tal es el caso de un ruido «brum» para un automóvil o «choo-choo» para un tren.
Construcción. Hay juguetes en los que los niños pueden construir sus propias pistas, desarrollando su pensamiento lógico. Esto les permite explorar muchas posibilidades, aprendiendo qué encaja y qué no. ¡Y qué tal destruir la pista!
Cuéntanos tu experiencia, ¿cómo usabas estos juguetes en tu infancia?
