El mundo de los sueños ha sido representado de diversas maneras dentro del arte, pues la curiosidad por saber qué pasa en el territorio de lo desconocido cuando dormimos es intrigante y muchas veces indescifrable.
Desde la mirada del psicoanalista Sigmund Freud, los sueños son, una de las vías de expresión de la dimensión reprimida e invisible que tiene nuestra personalidad y esta recibe el nombre de inconsciente: los instintos del deseo, ya sean agresivos, libidinosos o fantasiosos, que tiene cada ser humano.
El séptimo arte ha realizado diversas representaciones con relación al mundo onírico, el cual se caracteriza por tener sueños con alucinaciones visuales favorecidas por la confusión. El tema suena fascinante, pero llevarlo a la pantalla grande no es del todo fácil, ya que representar lo que otra persona lleva en su subconsciente y dar la interpretación correcta es complicado de realizar.
Sin embargo, existen algunos cineastas que han logrado representarlo de manera extraordinaria. El director inglés Christopher Nolan es uno de ellos. En 2010 dejó de lado sus producciones sobre el caballero de la noche —Batman—, para presentar Inception, una obra totalmente diferente a lo que había realizado y la cual es considera por las críticas: la mejor cinta del cineasta. Aunque varios expertos aseguran que su largometraje tiene mucha semejanza con el filme Paprika de Satoshi Kon.
Por otra parte, el cambio que realizó el artista fue para adentrarse a un mundo nuevo y representar un género poco explorado, ya que el tema de los sueños ha tenido mayor presencia en lo escrito.
El mundo onírico en Inception
El guion de Nolan hace referencia a un lugar irreal, en donde la ficción sobresale en todo momento y el principal tema a tratar son los sueños en un modo de espionaje mental. La historia es protagonizada por el actor Leonardo DiCaprio, quien da vida a Dom Cobb un experto en el trabajo de apropiarse, durante los sueños, de los secretos que guarda el subconsciente ajeno.
En esta parte, el director muestra como aterradores a los secretos que guarda la consciencia y deja ver que lo imposible dentro de un sueño puede convertirse en posible cuando se abren los ojos.
Dom tiene como misión realizar la incepción, la cual consiste en implantar una idea en el subconsciente en lugar de sustraerla, sin embargo, el cometido se complica debido a la intervención de otro ser que parecer leer sus movimientos.
El mundo onírico de Christopher Nolan sale a relucir con este largometraje, que sitúa sus escenarios en las catástrofes de los sueños representándolas con el realismo de las imágenes y con una narración acorde al tema. Además, los personajes y las situaciones conservan la extrañeza de lo onírico.
Sin duda, hacer visual lo inexplicable que son los sueños es increíble y más si se representa dentro del cine, ya que éste tiene un mayor alcance y la ficción a veces puede escapar a la realidad.