Está claro que ahora se querrá incentivar la creación de empleos en EU, mañana iniciará un nuevo gobierno y con él una nueva era en la industria automotriz, que con NAFTA ha crecido los últimos 20 años.
Hasta no escuchar o ver la estrategia no podemos adelantarnos. No olvidemos que nosotros mismos éramos un mercado cerrado, que no permitíamos importaciones y que la mentalidad de fabricar en México para vender aquí era el pensamiento que mandaba, ¿que pasó? Décadas de pérdida de mercado y el consumidor era maltratado en las áreas de servicio, me parece que nadie quiere esto. Luego vino una paulatina y ordenada apertura que nos dio el mercado que tenemos hoy, vigoroso, competitivo e inundado de marcas, un mercado que ha podido llegar a 1.6 millones de unidades, aproximadamente 10% de lo que es Estados Unidos.
Lo más congruente que he oído es que la adaptación de estrategias debe prevalecer para que las empresas sean rentables.
No olvidemos que el ciclo de una planta de ensamble son décadas de vida, el ciclo de desarrollo de un vehículo es de por lo menos cinco años, lo que quiere decir que la industria ya sabe qué va a pasar en productos y producción hasta pasado el 2020.
Ojalá, por bien del consumidor, México no cierre su mercado imponiendo impuestos que dejarán al comprador con precios más altos; a la industria con mucho menos ventas y nos llevará a ser un jugador en tercer plano en volumen de ventas. Sabemos que un pobre mercado no es atractivo para nadie.
Lo mejor es incentivar el mercado interno, explotarnos como zona geográfica y con mano de obra económica y no depender sólo de exportaciones al norte, tenemos Asia, Europa, y demás partes del mundo.
De cualquier modo, el negocio seguirá siendo global, con planeaciones largas y el cambio tecnológico ya viene…