La revolución tecnológica ha impactado a la industria automotriz para siempre. Las compañías que llevan cien años de experiencia en la fabricación y producción de autos (hardware), ahora deben aliarse y sumarse con empresas que desarrollen tecnología para la instalación del software, sin que necesariamente ambas compañías se integren completamente. De esta manera decidió operar General Motors junto con Cruise Automation, con sede en San Francisco.
¿Qué mejor que asociarse con los desarrolladores de tecnología de Silicon Valley?
Con información de Automotive News, basta con una llamada o teleconferencia para que ambas empresas se comuniquen, sin que GM tenga que absorber y controlar todos los procesos de Cruise. Sin embargo, esta unión se perfila para fortalecer competitivamente a ambas compañías, debido a que Cruise planea añadir más de 1,100 empleos en su empresa en los próximos cinco años. Además, Mary Barra, directora general de GM, destacó que Cruise no sólo es responsable de la tecnología, sino también de la comercialización, lo que lo coloca como un punto clave dentro del negocio.
«La producción de estos vehículos empezó en enero, convirtiendo a GM en la primera, y hasta el día de hoy, la única compañía automotriz en montar vehículos autónomos en una instalación de producción masiva», dijo Mary Barra.
¿Cómo funciona su operación? Una vez que los vehículos salen de la planta de General Motors en Michigan son enviados a Cruise para «la instalación del software, la calibración y la verificación». Posteriormente, son validados en San Francisco y, dependiendo del caso, ahí permanecen o son enviados a otras pruebas en Arizona y Michigan. Justamente, GM ya está probando una flotilla de vehículos autónomos en California, Arizona y Michigan.
Con el crecimiento interno de Cruise, la capacidad de operación GM-Cruise pronto competirá con los grandes de Silicon Valley, como Waymo. Además, la velocidad de operación de Cruise es otro de los grandes talentos que afianzó la relación con GM. El único reto al que se enfrentará Cruise será el encontrar suficientes ingenieros de software calificados y expertos que dominen el área de la tecnología de conducción autónoma tanto desde el punto de vista científico, como comercial.