John Felix Anthony Cena Jr., mejor conocido como John Cena, es un luchador profesional estadounidense que trabaja para la WWE y que ahora deberá luchar en los tribunales luego de faltar al contrato de compra por el modelo GT de Ford.
¿Por qué pasa esto?
Existen ejemplares que son producidos de manera limitada a fin de entregar ese nivel de exclusividad a la marca. Básicamente Ford GT es uno de ellos, una leyenda que debe ser entregada a manos de conocedores. Que no sea cualquier cliente rico el que se apropie de un bólido de estas características. Este tipo de prácticas suceden con los hiperautos de Edición Limitada.
A fin de evitar este tipo de comercios secundarios, pues hay más demanda que oferta por este tipo de vehículos, se propone un tipo de contrato que cuide la venta secundaria de los mismos.
Es así que John Cena compró su Ford GT, algo que a la marca le conviene, porque es John Cena, pero lo malo es que lo vendió apenas un mes posterior a recibirlo. Sí, existía una cláusula para prohibir una reventa antes de que el bólido cumpliera 2 años.
¿Qué pide Ford?
Que el luchador pague por daños 75 mil dólares, además le venda a Ford el bólido por el precio de la factura (463,376.50 dólares) y busca recuperar cualquier monto de ganancia que haya obtenido Cena al ofertarlo.
«El señor Cena obtuvo injustamente una gran ganancia de la reventa no autorizada del vehículo, y Ford ha sufrido daños y pérdidas adicionales, que incluyen, entre otros, la pérdida de valor de marca, actividad de embajador y cliente de buena voluntad debido a la venta impropia».
Ford comenzó la producción y entrega privilegiando a los anteriores clientes de GT, y cada uno se ofertó en un aproximado de 450 mil dólares. La marca dejó en claro que buscaría darle privilegio también a las celebridades y personas influyentes, con ello garantizaría que los autos fueran manejados y no almacenados para revender en altas tarifas.