La corrupción llega incluso donde muchos no la perciben. En actos cotidianos se hace presente, hasta el punto de normalizarse. Tal es el caso de los franeleros o «viene viene».
Podríamos juzgar el problema de forma sencilla, aparente, donde la solución fuera simplemente denunciar.
Sin embargo, si fuera así de sencillo, los franeleros ya no tomarían las calles.

Hay una realidad irrefutable: es un acto ilegal. La mayoría de los ciudadanos se han resignado al hecho de que estas personas les cobrarán una cuota a cambio de que «cuiden» sus autos, a expensas de la ley.
¿Tienen los ciudadanos la opción de no fomentarlo? Podrían denunciar. Pero, ¿en realidad la denuncia es la solución?
Para responder a esta pregunta, hay distintos puntos a considerar.

Sueldos… y mordidas
Los sueldos que perciben son realmente elevados y sin impuestos. Sueldos que comienzan desde los doce mil pesos, hasta los treinta y cinco mil pesos.
Sueldos que están libres de impuestos. Sin embargo, para poder operar, es necesario alimentar una red de «mordidas» a las autoridades.
Estos sueldos doblan o triplican el salario de un licenciado en un empleo formal.

Negocio redondo
Los ciudadanos ceden ante esta red instalada en muchos puntos del país, con la finalidad de que «cuiden» de su unidad.
Sin embargo, irónicamente, el robo de autopartes y la venta de drogas van al alza en distintas delegaciones.
Además del comercio ilegal, las cuotas alimentan a una extensa red de policías, autoridades e intereses privados.

La disyuntiva de denunciar
Distintas campañas han alentado la denuncia como una forma de acabar con este delito. Sin embargo, muchos de los denunciados pagan una fianza y se reincorporan a sus actividades.
A su vez, muchas personas temen por su privacidad al momento de levantar una denuncia. Tal como expone el portal del gobierno de la Ciudad de México, para levantar la denuncia es necesario:

– Dirigirse a los Centros de Servicios y Atención Ciudadana (CESAC).
– Proporcionar los siguientes datos:
1. Nombre del solicitante
2. Domicilio del solicitante (calle y número, colonia, delegación y Código Postal)
3. Teléfono y/o correo electrónico para aclaraciones y notificaciones
4. Presentar queja sobre los franeleros, lavacoches o negocios en la vía pública
5. Ubicación o domicilio exacto del lugar donde se desarrollan las actividades producto de la queja
– Esperar un aproximado de 10 días hábiles. Como las actividades están sujetas a evaluación y programación, el tiempo de realización puede variar.

Parquímetros… y valet parking
Los parquímetros prometían ser la solución a este negocio callejero. Sin embargo, esto ha agudizado el problema de privatización de las calles.
En zonas como Polanco, la Condesa y la Roma, los franeleros colaboran con los valet parking para apartar lugares en las calles y hacer uso de ellos una vez que los estacionamientos están a tope.

Corrupción
La corrupción no se encuentra únicamente en las altas esferas. Como hemos visto, está presente en el transporte público, en la verificación, en el cumplimiento del reglamento de tránsito.
A su vez, el salario mínimo, los sueldos bajos, el nivel educativo, la pobreza, el comercio informal, la inflación, el desvío de recursos y muchas cosas más suman al problema.
Todo indica que necesario un plan estructural para dar soluciones de fondo. La pregunta es, ¿cómo empezar?
¿El sistema tiene cabida para facilitarle el camino a personas que quieren actuar y proceder de forma honesta?