Hagamos una encuesta. ¿A cuántos de ustedes les gusta ver a una banda o a un grupo de músicos tocando en el metro?
Esta práctica no es un fenómeno local ni mucho menos: sucede en todo el mundo. Incluso, diferentes experimentos se han realizado para ver el impacto de esta práctica.
Uno de los más conocidos fue el experimento realizado con el exitoso violinista estadounidense Joshua Bell. Hace unos años, el violinista llenaba auditorios gracias a su talento y su emblemático instrumento Stradivarius, valorado en aquél entonces en 3,5 millones de dólares.
A pesar de tocar impecablemente en el metro de Washington DC, el violinista fue ignorado. Si lo vemos fríamente, el metro es un medio de transporte, por lo que no todas las personas tendrán la posibilidad de pararse a escuchar, a menos que sea un artista consolidado.
Tal es el caso de U2. Hace tres años, el conductor Jimmy Fallon invitó a la afamada banda irlandesa a tocar en el metro disfrazada.
Cubrieron sus rostros con barbas postizas y comenzaron a tocar los éxitos de la banda. Uno que otro interesado se detenía, sin embargo, la gente seguía su camino. Hasta que…
Se quitaron las barbas y fueron reconocidos por un gran número de personas. Entonces sí, ni el trabajo, ni los jefes, ni la premura por llegar al destino importan, ¿cierto?
Algunos argumentan que no todo lo que suena en el metro es bueno. Es decir, no todas las bandas son talentosas.
Otras personas opinan que un poco de música no lastima a nadie, y si te disgusta, tan sencillo como pasarte de largo.
Lo que es una realidad, es que muchos artistas y proyectos lo usan como plataforma para darse a conocer. Sin embargo, ¿funciona?
Músicos en el metro de la Ciudad de México
Distintos músicos que comienzan a tener un número considerable de seguidores implementan esta estrategia para acercarse a la gente.
En el 2016, Caloncho y Mon Laferte hicieron una parada en la estación Auditorio. La cantautora Flor Amargo lo realiza con frecuencia. Y qué tal la banda de Neo Jazz, Lucky Chops.
Independientemente de las distintas opiniones, hay una realidad. Las plataformas digitales han facilitado el acercamiento de distintos artistas con sus seguidores.
Sin embargo, no necesariamente significa que favorezcan las presentaciones en vivo. Para un gran número de músicos, el encontrar espacios en vivo donde compartir su música puede ser complicado.
Otros simplemente agradecen el espacio para ganarse unas monedas. Al final, en la ciudad encontramos una gran diversidad de expresiones y espacios en comparación con otros estados del país.
Desde Nueva York hasta Paris, distintos países ofrecen en el metro una plataforma para artistas, más regulada en unos países que en otros.
Sea como sea, un poco de difusión del talento y la cultura puede alegrar el día a unos cuantos que, de lo contrario, recorrerían los pasillos sumergidos en su rutina y en sus pasos agigantados.
Incluso, puede hacernos olvidar por unos momentos del miedo que se respira en las calles. ¿Cierto?
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