Los vehículos autónomos son parte de la conducción del futuro. Y vienen a facilitarnos la vida; o hacernos más flojos. Pero al fin de cuentas, nos permiten optimizar tiempo, que es lo que en esta época valoramos bastante. Independientemente de cualquier punto de vista, ya existe esta tecnología y va despuntando poco a poco en las soluciones que ofrece la industria automotriz.
Esta tecnología va en constante crecimiento
Seguramente mientas escribo esta nota mencionando que los vehículos autónomos son el futuro. Hay alguien más, en otra parte del mundo, construyendo algo tan revolucionario, que esta tecnología -que ahora nos sorprende- pudiera hallarse “obsoleta”. Sin embargo, hoy por hoy, empresas como Tesla, Mercedes-Benz, BMW, Google, Audi y entre otras más. Han logrado pasar esta idea de las películas de ciencia ficción a la carretera.
Con el propósito de reducir el número de accidentes, mejorar la reducción de las emisiones y ayudar al medio ambiente. Muchos afirman que estos vehículos autónomos vienen para solucionar varios males. De hecho, según Telegraph, se espera que la industria de la conducción autónoma crezca por lo menos 900 mil millones de euros (11 billones de dólares aproximadamente) en todo el mundo para el año 2025. Debido a que, actualmente está creciendo un 16% al año. Pero a todo esto ¿cómo funcionan estos autos?
¿Los vehículos autónomos conducen mejor que los humanos?
Los sensores de radar repartidos por todo el chasis de estos autos vigilan la posición de los vehículos cercanos. Las cámaras de video detectan los semáforos, leen las señales de tráfico y hacen un seguimiento de otros vehículos. Al mismo tiempo, como persona multitask, vigilan a los peatones y otros obstáculos que puedan existir en el camino.
Estos dispositivos ayudan a detectar los bordes de las carreteras e identificar las marcas de los carriles. Rebotando los impulsos de luz en los alrededores del coche. Los sensores ultrasónicos en las ruedas pueden detectar la posición de los cajones de estacionamiento y otros vehículos cuando se estaciona solo. Finalmente, una computadora central analiza todos los datos de los distintos sensores para manipular la dirección, la aceleración y el frenado.
El reto de los autos sin conductor
El auge de los vehículos autónomos tiene sus propios desafíos. Dentro de todas las pruebas que se han realizado, en marzo de 2018, un peatón fue atropellado por un un vehículo de conducción automática de UBER. Mientras cruzaba la calle, el auto no se detuvo.
Las autoridades concluyeron que el peatón vestía ropa oscura y había cruzado la calle sin mirar. El coche solo había marcado la necesidad de frenos de emergencia unos 3 segundos antes del impacto. Pero no aplicó los frenos, lo que causó preocupación con respecto a esta tecnología. Ahora solo resta ver cómo evoluciona la conducción autónoma y estos vehículos que ahora son gadgets sobre ruedas.