Los vehículos eléctricos han ganado popularidad en un mundo cada vez más preocupado por el alto costo económico, social y medioambiental del transporte impulsado por combustible fósil.
De cualquier forma, el entusiasmo por estas nuevas tecnologías, aún enfrenta desafíos que en gran parte están relacionados con las baterías.
Mientras que la mayor parte de los consumidores potenciales de autos eléctricos apuntan hacia el alto costo de los componentes, el sector con mayores libertades financieras hace énfasis al rendimiento del vehículo en cuanto a la autonomía.
Ambos asuntos se encuentran relacionados debido a que la tecnología de los vehículos eléctricos está en constante desarrollo, y poco a poco se encuentran soluciones más sustentables y eficientes.
Revolución eléctrica
Para atender uno de estos aspectos, dos ex alumnos de Doctorado de la Universidad de Cambridge fundaron la empresa Echion Technologies donde desarrollan un material que promete reducir el tiempo de carga rápida de los vehículos eléctricos, de 45 a tan sólo 6 minutos.
Jean de la Verpilliere (CEO) y Alex Groombridge (CTO), contaron al periódico local que su desarrollo consiste en un polvo que reemplazaría al grafito en las baterías de Litio, permitiendo no sólo acelerar el proceso de carga, sino evitar el riesgo de explosiones.
Los jóvenes empresarios iniciaron la producción con el respaldo de Cambridge Enterprise, a quien ya se ha unido Newable Private Investing como segundo inversor. Los acuerdos financieros buscan permitir a la compañía pasar de su producción actual de 1 kilogramo al día (suficiente para fabricar el polvo de baterías de un solo vehículo), a producir y comercializar mil toneladas diarias en 2020.
De acuerdo con la propia Echion Technologies, ya existen compromisos con Vantage Power, una compañía que desarrolla sistemas para autobuses y vehículos pesados, para implantar este nuevo material en las baterías de próxima generación.
¿Realidad o espejismo?
Aún no han sido dados a conocer detalles del prometedor invento, por lo que algunos especialistas han comenzado a formular sus principales preocupaciones, tales como la composición del polvo, la densidad energética con la que están trabajando, la potencia de carga necesaria para la recarga de 6 minutos, así como los efectos de ésta en la degradación de las celdas de la batería.
El respaldo de importantes instituciones con alto nivel de credibilidad, disipan gran parte de las dudas sembradas por los escépticos. De este modo se entiende que la cautela y hermetismo acerca de estas particularidades se trata de estrategias comerciales, tomando en cuenta del gran avance que esto podría significar para la electrificación del transporte.
Si bien es cierto que otras compañías como British Petroleum, Piëch Automotive o GBatteries, se han pronunciado en relación a los avances en la carga rápida, estamos ante una de las promesas más tangibles relacionadas con el salto tecnológico de las nuevas energías.