El personaje de Brad Pitt en «Érase una vez en… Hollywood», Cliff Booth, le quedó como anillo al dedo. No sólo a él, sino a los espectadores, a la prensa, es más, a la Academia.
Seguramente, el próximo 9 de febrero veremos un nuevo y fascinante episodio de Brad Pitt durante los premios Óscar.
Algo así como cuando se refirió a Leonardo DiCaprio como LDC o cuando señaló que él sí hubiera compartido la balsa (aludiendo a Titanic).
O qué tal cuando dijo que no llevó a su mamá porque cuando ven a alguien parado a su lado, la gente piensa que están saliendo.
Mejor aún, su espontáneo comentario «lo añadiré a mi perfil de Tinder» o su decisión de usar un gafete con su nombre en la cena previa a los premios de la Academia por si alguien no sabe quién es.
Sacamos esto a colación, porque fue justamente esta actitud desenfadada, humilde y pícara la que destacó en su personaje Cliff Booth.
Cliff Booth al volante
Independientemente de la polémica que desató la película, no podemos negar que ha sido muy divertido ver a Brad Pitt y a «LDC» en sus respectivos papeles.
Ambos generan tal sinergia frente a la cámara que han convertido una película de Quentin Tarantino en comedia pura (más allá de los chorros de sangre, la brutalidad o el humor ácido).
De esta manera, si hay algo que Cliff Booth domina a la perfección es el arte de manejar. Ya sea que conduzca el Cadillac Coupe DeVille 1966 de Rick Dalton o su Volkswagen Karmann Ghia, lo hace ver fácil y terapéutico.
No por nada, este personaje es el doble en las escenas de acción de Dalton, motivo por el cual domina las artes marciales y sí, la conducción.
No era Brad Pitt
Para decepción de muchos, quien manejaba no era Brad Pitt. Por lo menos, no en todas las escenas.
Finalmente, estamos hablando de Hollywood. Tampoco se decepcionen de que los actores de Rápido y Furioso forman parte de los efectos especiales.
La cuestión es que no fue Brad Pitt, ni Tarantino, ni nadie de la producción quien lo ha revelado. Ha sido, nada más y nada menos, que la vista aguda de los entusiastas y aficionados cinéfilos.
En la siguiente escena, cuando Booth conduce el Cadillac en plena luz del sol, hay una toma en la que se puede ver el interior del auto. ¡Voilá! El velocímetro está en cero.
¿Conclusión? Así como la actuación de Pitt es muy real y en ningún momento sientes que está actuando, digamos que lo mismo sucede con los efectos de producción.
¡En realidad no importa! No dudamos que un hábil doble de Brad Pitt (el Cliff Booth de la vida real), merezca un poco de crédito.
¿No crees?