Si te ha tocado llevar tu auto al taller y recogerlo todo lleno de grasa, seguramente te has de preguntar por qué te lo entregan así. Pero, lo que generalmente pasamos por alto, son todas las suciedades a las que se enfrentan los mecánicos.
Y no estamos hablando únicamente de polvo o aceite viejo. Nos referimos a cosas realmente asquerosas que ellos tienen que lidiar.
Para qué te decimos más. Te compartimos qué hábitos antihigiénicos hacen ellos que a los clientes no les parece, ¡y viceversa! Al final, dinos cuál de los dos te pareció peor.
Cosas antihigiénicas que los mecánicos hacen
– Agarran el motor y con las manos llenas de grasa se suben a probar tu auto. Así es, esto significa que tocan volante, palanca de velocidades, manija de puertas, etcétera.
– Están abajo del coche, acostados en el piso, y así se suben manchando las vestiduras. De la misma manera, se limpian las manos con la ropa y con la ropa manchada se suben a tu auto.
– Comen sobre el cofre de tu coche. Muchas veces tienen mucho trabajo y tienen que encontrar pequeños momentos para comer. Y, en el peor de los casos, se suben al auto con alimentos y bebidas.
Cosas antihigiénicas que los mecánicos encuentran
Vamos de los menos desagradables hasta los peores.
– Autos inundados, ¡suciedad extrema! Independientemente de los problemas con el motor, estos autos terminan llenos de lodo, suciedad y un horrible olor a humedad. Esto puede ser tan desagradable, que muchos prefieren deshacerse del vehículo, puesto que no basta con lavarlo.
– Aceite viejo. A menudo se topan con automovilistas que no hicieron sus cambios de aceite. ¿El resultado? Se encuentran con una capa gruesa que tienen que quitar, si es que no es demasiado tarde.
– Polvo por todos lados. No sólo la naturaleza de su trabajo los hace exponerse al polvo en el motor o en el sistema eléctrico. También es muy común encontrarse con mucho polvo en el tablero dentro del auto.
– Restos de comida. El volante de un auto tiene 9 veces más gérmenes que un inodoro público. Esto es gracias a que muchas personas comen en el auto y no tienen la disciplina de limpiarlo. Peor aún, los mecánicos se encuentran con trozos de comida podrida en los rincones.
– Restos de mascotas. Quizá para ti sea fácil tolerarlo porque es tu mascota, pero muchos autos están llenos de pelo y un olor fuerte. Peor todavía para los lavacoches, quienes tienen que limpiar, muy a menudo, vestiduras sucias por animales enfermos o mareados.
– Olores. Si el dueño del carro no ha sacado la comida del auto durante días, o más, ya te imaginarás el olor. Si a la vez no tiene el hábito de lavarlo, se puede generar un olor bastante desagradable.
Y el peor….
¿Necesitas un kleenex? Al igual que los lavacoches, los mecánicos a menudo se encuentran con mocos embarrados en los asientos de los autos. ¡Uff!
Y ahora sí, después de leer esto, ¿quién crees que tiene más derecho a quejarse de la limpieza?