Hay dos problemas de salud que pueden afectar nuestro manejo y que, muchas veces, pasa desapercibido: la deshidratación y el uso de medicamentos. Si tiendes a manejar mucho bajo el sol o estás siguiendo algún tratamiento de salud, esto te interesa.
Deshidratación
Una deshidratación leve puede ser la causa de errores al conducir, equiparándose a los del alcohol. Tal como reveló una encuesta, 67 % de los conductores no reconocen los principales síntomas de deshidratación, incluidos: tiempos de reacción más lentos, pérdida de concentración y calambres musculares.
Por ello, consume alimentos con alto contenido en agua, y bebe muchos líquidos y sueros. ¡Recuerda que el automóvil es una causa importante de deshidratación!
Medicamentos
Muchos medicamentos, como los antigripales, producen efectos que pueden ser un riesgo al volante. Los medicamentos más recetados son los antihistamínicos, los cuales reducen los síntomas de las reacciones alérgicas.
Los efectos secundarios de estos medicamentos, ya sean tabletas, jarabes, gotas o spray nasal, son la somnolencia, cansancio, visión borrosa, mareo, entre otros. Sin embargo, no sólo son esos. Hay numerosos medicamentos antigripales que producen estos efectos.
Por ejemplo, los descongestivos nasales producen una subida en la presión arterial y pueden interactuar con varios medicamentos antidepresivos.
En las instrucciones de medicamentos analgésicos y antiinflamatorios, como la Nimesulida, alertan del riesgo de conducir por sus efectos secundarios.
Los antidepresivos también pueden ser potencialmente peligrosos. ¿Por qué? Primeramente porque, como cualquier sustancia psicoactiva, producen un deterioro cognitivo y psicomotor.
Por ello, estos medicamentos incluyen la frase: “Debido a que cualquier droga psicoactiva puede afectar el juicio, el pensamiento o las habilidades motoras, los pacientes deben tener precaución cuando conduzcan o manejen maquinaria“.
Sin embargo, esto no significa que personas que ingieran estos medicamentos estén exentas de conducir. Tal como lo indica este estudio de medicina, el riesgo potencial depende de una serie de factores.
Por ejemplo, si además de antidepresivos, el paciente consume sedantes, la edad, el tipo de antidepresivo, la dosificación, la intensidad de los síntomas, así como la interacción con otros medicamentos.
Por su parte, los ansiolíticos o tranquilizantes producen relajamiento muscular, disminución del estado de alerta, debilidad muscular y dificultad para concentrarse.
Toma en cuenta que, cuando estés en tratamiento de estas sustancias, debes evitar el consumo de bebidas alcohólicas, las cuales, pueden agravar peligrosamente los síntomas. También, es indispensable que el paciente consulte a su médico y, ante todo, no maneje si se siente alterado o somnoliento.
