Las mamás atraviesan por grandes alegrías… y difíciles momentos también. Especialmente, durante los primeros años en los que el bebé requiere de todo tipo de atención y cuidados. Sin embargo, cuando hablamos de momentos difíciles, realmente hablamos de conductas de riesgo.
Según una encuesta realizada por Parents a más de 2 mil madres de niños menores de dos años, éstas toman decisiones de alto riesgo con su bebé a bordo. Una de ellas es conducir con agotamiento y cansancio, una de las principales causas de accidentes.
Mamás o traileros, ¿quiénes duermen menos?
Cuando hablamos de conductores con pocas horas de sueño, generalmente pensamos en los choferes de camiones y tráileres. ¿Pues bien? Según datos de la Fundación Nacional de Sueño en los Estados Unidos, los traileros duermen un promedio de 6 horas con 50 minutos.
¿Las mamás? Según la encuesta de Parents, ellas duermen 5 horas y 20 minutos, una hora y media menos. Seguramente conoces a varias personas, sino es que tú mismo, que duermen pocas horas. Sin embargo, la diferencia radica en que ellas lo hacen todos los días, sin posibilidad de reponer sueño o cambiar su rutina.
Peor aún: pueden experimentar ojos cerrados y menor reacción al volante sin darse cuenta. ¿Lo más peligroso? En gran parte de sus trayectos están sus bebés a bordo. Aunque pueda parecer una total irresponsabilidad, realmente lo hacen porque tienen que hacerlo: llevarlos a clases, guardería y demás labores.
Mamás primerizas tienen más accidentes
Lo más alarmante es que las mamás primerizas tienen tres veces más accidentes que la población en general. Y sí, con su bebé en el auto. Uno de los detonadores de accidentes también es la necesidad de voltear al asiento de atrás.
Según la encuesta, el 64% de las mamás quitan los ojos del camino para voltear a ver a su bebé. Aunque no lo creas, la mayoría de los accidentes suceden dentro del perímetro conocido de las mamás. Es decir, en el camino que recorren todos los días.
Sin embargo, no porque sea conocido quiere decir que los semáforos, peatones y eventualidades que cambian momento a momento merezcan menor atención.
¿La solución? Más vale pedir ayuda o detener el auto y tomar una siesta en el lugar más seguro posible, a pesar de ser poco práctico o incómodo, que asumir el riesgo de un accidente con el bebé.
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