Los beneficios de contar con un sólido sistema público de transporte rebasa lo que comúnmente solemos atribuirle. En esencia, los beneficios del transporte público permite prácticas equitativas, así como igualdad de oportunidades en todos los ámbitos.
Una asociación en Estados Unidos denominada American Public Transportation Association desarrolló un informe que prueba cómo el transporte público puede revitalizar el comercio, aumentar la fuerza laboral, los ingresos económicos y el valor de las propiedades, así como impulsar el acceso a servicios educativos, de salud e incluso de suministro ante situaciones de emergencia nacional.
Además de elevar la calidad de vida de las personas, también tiene un menor impacto en el medio ambiente y lo mejor de todo: es un medio seguro para todas las edades. Por todo esto y más, te compartimos los beneficios en este informe que nos hará añorar un México que destine mayores recursos para robustecer su sistema público de transporte.
Beneficios de un transporte público eficiente
– Mejora la economía personal, los individuos ahorran dinero, reduce los gastos del hogar y libera más ingresos para otras necesidades.
– Ayuda a mantener y crear puestos de trabajo, moviliza a las personas y permite nuevas oportunidades laborales, mientras aumenta la confiabilidad gracias a un menor ausentismo y rotación.
– Conecta a los trabajadores con empleos en áreas suburbanas y rurales. Ayuda a que personas en zonas aledañas ingresen a una fuerza laboral más competitiva.
– Las personas son más felices porque no están conduciendo en los retrasos producidos por el tráfico.
– Reduce la congestión vehicular y permite contar con mayor tiempo para la lectura y la relajación.
– Aumentaría la calidad de vida gracias a que se reducirían las enfermedades respiratorias y cardíacas, y habría menor tasa de accidentes.
– La sociedad y el medio ambiente serían más saludables gracias a que el transporte público reduce el 95% de monóxido de carbono, 90% de compuestos orgánicos volátiles (COV) y la mitad de dióxido de carbono (CO2) y óxido de nitrógeno (NOx) por cada 1.6 kilómetros recorridos en vehículos particulares.
– Reduce la dependencia económica sobre la gasolina y los derivados del petróleo.
– Es más fácil implementar medidas ante desastres como terremotos, gracias a que permite evacuaciones más ágiles y movilización de equipos y recursos de emergencia.
– Es un catalizador para el aumento de los valores inmobiliarios y desarrollos.
– Fomenta las actividades recreativas, económicas y sociales.
– Una vez que se ha modernizado con las nuevas tecnologías de la información, es fácil planear rutas y viajes.
– Permitiría que niños y jóvenes se movilizaran a sus centros educativos, así como la movilización de personas de la tercera edad, quienes no correrían el riesgo de conducir de noche.
– Aumenta el acceso a hospitales, centros u servicios de salud, así como facilita los viajes a otros servicios centralizados.
Qué dices, ¿nos unimos para exigir un transporte público seguro y de calidad?