Si no usas el anticongelante correcto o no lo cambias a tiempo, ya no cumple su función de evitar el calor. Esto puede derivar en un problema en el sistema de enfriamiento del auto, lo cual puedes detectar si notas que la aguja de la temperatura en el tablero de tu auto sube y/o se encienden los testigos.
¿Qué es lo peor que puede pasar?
Las consecuencias van desde la corrosión, óxido (lo cual puede desprenderse y afectar al radiador) y averías en el motor, hasta mayor gasto de gasolina. Con información de Bardahl, hay tres formas de saber si existe un problema en el sistema de enfriamiento: incremento rápido de la temperatura (ocasionando que el aceite lubricante no cumpla su función), olor a anticongelante (por evaporación) y un alto consumo de gasolina (si la temperatura del motor se incrementa, la gasolina se quema más rápido).
Con información de Meineke, si la temperatura del motor asciende a 110 grados centígrados, el daño al motor puede ser irreversible. A su vez, en lugares de frío intenso o nieve, el líquido puede congelarse, lo que puede provocar que las mangueras se rompan.
¿Cada cuánto debo cambiar el anticongelante y revisar el sistema de enfriamiento?
Tal como señala Meineke, el cambio del anticongelante debe realizarse alrededor de los 6 meses. Recuerda añadir a tu rutina de mantenimiento la revisión de todos los componentes del sistema de enfriamiento, como la bomba de agua, bandas, mangueras, abrazaderas, termostato y radiador.
A su vez, según señalan los expertos de Bardahl, el sistema de enfriamiento debe revisarse una vez cada 15 días en temporada de calor. ¡Más aún si generalmente estás en el tráfico!
Más todavía, debes revisar inmediatamente tu auto si el anticongelante no está durando lo suficiente, lo que puede indicar fugas en el sistema de enfriamiento. Esto se debe a que las mangueras se cuartean por el calor, haciendo que el anticongelante se salga. Si la manguera se rompe completamente, tu motor estará en peligro.
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