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La violencia que azota el corazón de Ciudad de México, hasta ahora considerada una de las más seguras del país, ha puesto en alerta a las autoridades capitalinas, que atribuyen el fenómeno a un brote de pandillas y no a una pugna entre cárteles de la droga.
El populoso barrio de Tepito, ubicado en la colonia Morelos, fue blindado hoy por el Gobierno de la urbe en un intento por recuperar la seguridad en una zona muy concurrida porque alberga numerosos puestos callejeros que venden productos de contrabando.
El jefe de Gobierno de la capital, Miguel Ángel Mancera, ordenó el despliegue de 400 agentes en Tepito después de un ataque armado que anoche causó la muerte de cuatro personas en un gimnasio de la zona.
Este reforzamiento de la seguridad llega solo unos cuatro días después de la puesta en marcha del operativo en la Zona Rosa, muy frecuentada por los turistas y donde el 26 de mayo pasado desaparecieron 12 jóvenes a plena luz del día.
Los desaparecidos vivían en el barrio de Tepito y se dedicaban al comercio, como la mayoría de sus habitantes.
Sin embargo, Mancera descartó hoy que existan vínculos entre el ataque armado de anoche y la desaparición de los 12 jóvenes, aunque reconoció que la última sí parece estar relacionada con el asesinato de un hombre en el bar Black, ubicado en el barrio de la Condesa.
Sobre la desaparición, aseguró que la investigación registra un “avance sustancial” y que hay varios detenidos que presuntamente están vinculados con el suceso.
Según los familiares, varios desconocidos fuertemente armados y con los rostros cubiertos se llevaron a los jóvenes del bar, entre ellos un menor de edad y tres mujeres.
No obstante, el alcalde indicó que hasta el momento no tienen ninguna prueba testimonial sobre la aparición de un comando o convoy en la zona hacia las 11.00 hora local, que es cuando se pierde el contacto con el grupo que estaba en el bar Heaven.
Al parecer se los llevaron en automóviles particulares “para no despertar alarma”, apuntó, si bien aclaró que aún desconocen cuántos jóvenes fueron sacados del bar contra su voluntad y cómo lo hicieron.
Mancera explicó que algunos de los miembros del grupo pudieron “haber salido en un momento previo” y estar en una “situación de temor” que les impide acudir ante las autoridades.
Según el análisis criminalístico de bar, “no hay huellas, no hay vestigios de violencia” en el lugar, ni testimonio de la presencia de armas largas”, agregó el político de izquierda, quien consideró que en el caso serán clave los testigos que sí estuvieron en el bar.
El fiscal de la capital, Rodolfo Ríos, tiene previsto reunirse en las próximas horas con los familiares de los desaparecidos para conocer los avances en la investigación.
Sobre la violencia en Tepito, el alcalde destacó que se trata de un “brote de algunas pandillas” y que es un problema “focalizado” en esa parte de la ciudad.
Admitió que hay bandas delictivas dedicadas al narcomenudeo que pretenden desestabilizar, pero descartó la presencia de cárteles de la droga en la capital.
“No vamos a permitir que se cree esta percepción de falta de autoridad y lo vamos a hacer con energía”, dijo Mancera, quien explicó que además del reforzamiento de la presencia policial en el barrio y en la Zona Rosa, habrá un programa de rescate integral.
Dicho programa evitará que se contaminen otras zonas de la urbe como la Condesa, que se encuentra muy cerca y donde hay numerosos restaurantes, bares y centros nocturnos, abundó este abogado, de 47 años, que asumió las riendas de Ciudad de México hace solo seis meses.
Apenas un año atrás el entonces candidato del izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD) prometía en campaña electoral mejorar la seguridad y presumía de los logros alcanzados en la materia cuando fue fiscal de una de la ciudades más pobladas del mundo (2008-2012).
Ahora el alcalde dice que no pretende minimizar el problema, pero insiste en que la capital de México mantiene muy buenos indicadores en materia de seguridad.
