Seis veterinarios mexicanos fueron víctimas de explotación laboral durante un año por parte de la empresa lechera Funk Dairy, con base en Idaho, Estados Unidos.
El caso fue revelado por la United Farm Workers –organización fundada por el activista César Chávez- al Consejo Ciudadano de la Ciudad de México.
Los seis veterinarios mexicanos son egresados de las universidades Autónoma de México, Autónoma de Aguascalientes y Autónoma de Zacatecas.
Fueron contratados en 2014 por la empresa lechera Funk Dairy con la promesa de salarios altos, bonificaciones, alojamiento gratuito y transporte entre México y Idaho.
Su labores, se les dijo, serían “desarrollar, implementar y supervisar la reproducción animal efectiva, la nutrición, la salud animal y los programas relacionados con la industria lechera».
En cambio fueron víctimas de trata de personas en su modalidad de trabajos forzados, al ser explotados con jornadas de hasta 14 horas diarias en condiciones insalubres, que incluso llevaron a que uno de ellos perdiera un dedo.
Trabajaban seis días a la semana como peones generales; sus tareas incluían «ordeñar vacas, limpiar sus excrementos con palas, recoger la basura manualmente, barrer y limpiar las áreas de cuidado animal, lavar los vehículos de la compañía».
Los veterinarios no contaban con comedor o espacios específicos para comer, por lo que tenían que ingerir sus alimentos en el área de ordeña.
Una de las víctimas vivía en un sótano, sin calefacción y sin muebles, y otros en viviendas sin insumos necesarios para vivir, pero por las cuales tenían que pagar un alquiler de 400 dólares al mes, descontados de su sueldo.
Entre los abusos detectados y señalados en la demanda, varios de los veterinarios «sufrieron lesiones graves» en la lechería y uno de ellos perdió un dedo, a pesar de lo cual se le informó que podía seguir trabajando.
Los trabajadores aseguraron que la lechería amenazó con la deportación si se quejaban, por lo que buscaron ayuda del UFW, que logró conseguir un despacho de abogados para que los representaran.
Demanda legal
Por este motivo, se presentó una demanda federal donde se alega una amplia «conspiración criminal bajo la ley RICO (la Ley de Organizaciones Estafadoras, Criminales y Corruptas, por sus siglas en inglés), que prevé penas criminales extendidas y una causa civil de acción en virtud de la cual veterinarios mexicanos fueron reclutados con engaños para desempeñar trabajos de veterinario en una lechería en Idaho bajo visas TN obtenidas con fraude a la ley bajo el TLCAN”, así como por la explotación laboral.
El presidente del UFW, Arturo Rodríguez, señaló que «es espantoso que un empresario agrícola como Funk Dairy – Funk Dairy es parte de High Desert Milk Cooperative, que exporta sus productos a nivel mundial- haya participado en lo que ha sido reportado como trata de personas con fines de trabajos o servicios forzados, engañando, amenazando y maltratando a estas personas».
Hicieron un llamado a todas aquellas compañías que venden y exportan los productos lácteos que Funk Dairy produce, para que se den cuenta de la responsabilidad en que incurren todas las compañías que comercializan productos derivados de la explotación y trabajo forzado de personas, para garantizar que tales injusticias nunca vuelvan a ocurrir.”
La queja completa de las víctimas se puede consultar en: http://action.ufw.org/page/-/FL%20Complaint2.pdf