El Día de Muertos es tal vez la fiesta más hondamente mexicana. Pero ahora hasta esa celebración tiene que enfrentar la competencia china.
Calaveras y catrinas, disfraces, libros, bisutería y toda una serie de productos alusivos a la muerte y a la relación de los mexicanos con ella son cada vez más fáciles de encontrar en la red y en comercios del país.
La celebración está catalogada desde 2003 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad.
Y quizá por esta importancia, haya encontrado un mercado interesante para propios y extraños, pero que afecta a los artesanos de México y Jalisco, un estado en el que incluso hay poblaciones enteras dedicados a esta actividad.Así, una búsqueda en la página del gigante chino de comercio electrónico Alibaba (www.alibaba.com) da como resultado diez mil 770 artículos –algunos más atinados que otros– entre los que se incluyen aretes, anillos, fundas para celulares y hasta un disfraz sexi de La Catrina.
En Amazon (www.amazon.com), la búsqueda day of the dead decorations ofrece mil 874 opciones buena parte de ellas hechas en China, entre las que se cuenta una Catrina de Frida Kahlo.
No sólo en Internet: en tiendas departamentales de Guadalajara es posible adquirir calaveras de cerámica y plástico, así como playeras y tazas con motivos alusivos a esta fiesta.
La Virgen de Guadalupe, los Santos Cristeros y banderas mexicanas son otros ejemplos de productos culturales mexicanos que ya se hacen en aquella nación. Pero son los mismos mexicanos quienes provocan este fenómeno, consideró Perla Castillo, directora de Desarrollo Artesanal del Instituto de la Artesanía Jalisciense, pues están tan acostumbrados a esa riqueza cultural que ya no valoran el hecho de que sean piezas originales, únicas, hechas a mano y que pueden llevar, incluso, meses de trabajo.
“Los productos que vienen de China o de otras partes del mundo son productos que están hechos en serie, están elaborados con moldes y, con esto, ellos abaratan muchísimo sus costos de producción”, explicó.
“Como consumidores, nos dejamos llevar por el precio y decimos ‘éste, que lo hizo un artesano de Jalisco’, por dar un ejemplo, ‘me cuesta 100 pesos, y éste que viene de China me cuesta 10 pesos’, pero la realidad es que no es lo mismo”.
En el instituto se capacita a artesanos (se calcula que hay más de 30 mil en Jalisco) en nuevas técnicas, reducción de costos, creación de plan de negocios y mejora de calidad, entre otros aspectos; además, se promueven programas de difusión –tanto en México como en el extranjero– y de exportación.