Hoy se cumple 30 años del penoso incidente que sacudió a México y que derivó en que la FIFA suspendiera por dos años a la Federación Mexicana de Futbol y por ende al Tricolor de toda competencia oficial por el famoso tema de los “Cachirules”, lo que provocó la ausencia en el Mundial de Italia 1990.
“Cinismo”, es exactamente la palabra que ocupa el ex jugador y ahora comentarista Carlos Albert, quien platicó con Publisport sobre el tema que ensució y marcó de por vida el balompié mexicano, por haber alineado jugadores mayores al límite permitido en una selección Sub-23, con la anuencia de Rafael del Castillo, presidente de la Federación Mexicana de Futbol.
“Todos sabíamos que habían jugadores con limite de edad. Toño Moreno (periodista), principal responsable de la investigación, se dio cuenta de que los profesionales no cubrían con el tiempo para ser parte de la sub-23 y, por consecuencia, se dio a conocer la noticia, que por cierto nosotros fuimos los encargados de publicarla por primera ocasión: Los demás medios se basaron en nuestra nota”.
NO FUE DIFÍCIL OBTENER LA DOCUMENTACIÓN
El ex elemento de los Rayos del Necaxa (1961-1971) aseguró que no fue nada complicado obtener los documentos, debido a que la misma Federación dio a conocer “fotos, fechas de nacimiento y lugar de nacimiento de cada uno de los jugadores. Toño vio que estaban rebasando la edad. Ahí mismo la federación se estaba echando la soga al cuello. Nos sacó el anuario y se hizo un investigación cuando eran inscritos en un equipo”, comentó molesto… “¡Descarados!”.
Los futbolistas implicados fueron: José de la Fuente, Gerardo Jiménez, José Luis Mata y Aurelio Rivera. El cuarteto fue descubierto, debido a que los primeros dos involucrados tenían su documentación alterada por un par de años; mientras que la de Mata y Rivera, cuatro y cinco años, respectivamente.
Asevera Albert que la prensa mexicana “no estaba para cubrir los malos manejos de los de arriba, sino decirle al público lo que ocurre. La mayoría (medios de comunicación) lo tomó como una investigación valiosa, veráz y le dieron seguimiento. Que yo recuerde el 90% estuvo de acuerdo, aunque hay (prensa) que lo resintió, pues tenían apoyo económico del organismo mexicano. En todo caso, los que se tenían que haber preocupado eran los federativos. Ellos fueron los deshonestos. Ya basta de que la prensa sea la culpable; ellos están para mostrar datos, pruebas y cifras, pero lamentablemente a los poderosos se les puede perdonar lo que se les da la gana”.
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