Con la eliminación de México en la Copa del Mundo, también se fue el color verde de las calles de Rusia. En la capital Moscú, son ya muy pocos los aficionados con camisetas verdes que capitán por las calles del centro. La Plaza Roja fue durante dos semanas el punto de reunión, pero ahora resulta complicado encontrar a alguien que venga de tierra azteca.
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El éxodo masivo comenzó el martes, un día después de que el Tricolor cayera por 2-0 frente a Brasil, en la ciudad de Samara. Esa misma noche, el aeropuerto de dicha ciudad estaba lleno de mexicanos que viajaban de regreso a Moscú. La mayoría de ellos, solo para hacer conexión y regresar a su país, vía Madrid, París o Ámsterdam.
La cifra ya era menor que al inicio de la Copa del Mundo, pero de cualquier forma era respetable. Para el debut contra Alemania, en el Estadio Luzhniki, fueron 40 mil los mexicanos en las tribunas, mientras que otra cantidad importante se quedó fuera al no conseguir boletos.
Dicha cantidad fue decreciendo gradualmente. La mayor parte de aficionados viajan por dos semanas, para presenciar los tres partidos de la fase de grupos. Quedarse en la sede de un Mundial si el equipo supera la primera ronda, supone un gasto importante, empezando por el costo de cambiar vuelos, así como hospedajes extra y comida.
Por eso, no todos pueden costear la permanencia. Así, para el partido contra Brasil, la cifra había disminuido a la mitad. Pero de cualquier forma, tener a 20 mil mexicanos en la tribuna no es poca cosa. Además, sufrieron bastante para poder viajar a la ciudad de Samara. El regreso, lógicamente, también fue trabajoso para los seguidores.
Este miércoles, ya fue notoria la ausencia. El verde no pinta más las calles de Moscú. La mayoría de mexicanos han regresado ya a su país. Unos cuantos permanecen en Rusia. Algunos solo por unos días más y otros, los más afortunados, seguirán aquí hasta presenciar la final del próximo 15 de julio.