La construcción del Centro Acuático, sede principal de las disciplinas de natación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, y el estadio Ariake Arena, sede de voleibol y baloncesto en silla de ruedas, avanzan sin contratiempos y están casi listos.
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El área exterior, los pasillos y la colocación de los asientos, completa en un 60 %, son las principales tareas pendientes en las instalaciones que acogerán las pruebas de natación, salto y natación artística (sincronizada), tal y como constataron los periodistas este jueves en una concurrida visita por las instalaciones en obras.
El centro, ubicado en una de las islas artificiales de la bahía de Tokio, está completo al 90% y tiene una piscina principal, de 50 metros y 10 filas, que está prácticamente lista y que se encontraba llena de agua para la ocasión.
Junto a ella se ubica otra piscina de menor tamaño para las pruebas de salto, con trampolines de cinco alturas (1; 3; 5; 7.5 y 10 metros), distribuidos en una estructura que recuerda a una escalera de caracol pero con cortes cuadrados.
Con capacidad para 15 mil espectadores, en cumplimiento con las ordenanzas gubernamentales el 1 % de los asientos son accesibles para personas en silla de ruedas, detalló durante la visita el principal responsable del complejo, el funcionario Daishu Tone.
El Gobierno de Tokio, propietario del centro, planea que las instalaciones sean de libre acceso para los residentes de la ciudad tras la cita olímpica y tiene previsto organizar unas 100 competiciones de natación al año, nacionales e internacionales, con las que calcula atraer en torno a un millón de usuarios anuales.
Antes de abrirlas al público se acometerán, no obstante, reformas para reducir de 15 mil a 5 mil el número de asientos con el objetivo de que «su gestión sea más eficiente y para reducir costos», explicó Tone, que no dio fecha concreta para el inicio de esas operaciones.
Además del Centro Acuático, también fue accesible hoy el exterior e interior del estadio Ariake Arena, sede de voleibol y baloncesto en silla de ruedas ubicada en una isla cercana, cuya construcción está completa al 98 % y se espera que termine este mismo año.
La parte trasera del complejo, donde se sitúa un edificio auxiliar cuya fachada está parcialmente cubierta de plantas, es el área donde más trabajo pendiente hay. Las excavadoras continuaban removiendo tierra hoy y los albañiles adoquinando las escaleras de lo que tras los JJ.OO. será un centro para conciertos y otros eventos.
El complejo está completo en un 98 % y con el interior terminado, a falta de que se desembalen algunos de sus 15 mil asientos (entre ellos 3 mil de carácter temporal) y se recubra el suelo de hormigón con los materiales pertinentes para las pruebas olímpicas.
El Ariake Arena es, junto con el estadio olímpico, terminado la semana pasada, la nueva sede olímpica en la que más madera se ha usado. Sus paredes y techos están cubiertos de este material, del que se han usado 800 metros cúbicos, según cifras gubernamentales.
Su singular diseño, de techos curvos y paredes inclinadas para ganar espacio para los espectadores, está inspirado en la arquitectura tradicional nipona y el Gobierno espera que esto ayude a los visitantes extranjeros a sentir la cultura del país.