Contra los cánticos de «Bartomeu dimisión», presidente del FC Barcelona, Lionel Messi volvió a dar un balón de oxígeno a un club crispado en lo institucional, al lograr el argentino un póker de goles y ser el gran protagonista del triunfo de su equipo ante el Eibar (5-0).
El partido se planteó como un nuevo desafío para el Barça ante un rival que le iba a apretar desde el primer instante e impedirle sacar el balón con alegría. Tanta es la presión en el Camp Nou contra su equipo por la salida del balón desde Ter Stegen que en el minuto 6 el público ya silbó al portero cuando éste tuvo el balón en los pies.
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Igual que la semana pasada, Ter Stegen apostó entonces por sacar en largo y buscó en numerosas ocasiones al chileno Arturo Vidal, que inicialmente salió para formar un rombo en el centro del campo azulgrana (el Barça sólo sacó a dos delanteros), pero que se echó a un costado para esperar la pelota en largo desde su portero.
Mientras el Barcelona intentaba asentarse en el campo y superar un susto de un gol del Eibar en el minuto 4, anulado por fuera de juego de Sergi Enrich, Messi en el 14 recibió un balón en la frontal, se deshizo de los dos centrales, con túnel a Arbilla, aguantó la presión de Diop y ante la salida de Dmitrovic, le superó por algo en un toque sutil (1-0).
El Eibar lo intentó con un disparo de Inui desde la frontal. El juego de los vascos mantuvo la intensidad en la presión, pero reculó al ver que el Barcelona se echaba en largo en la salida. El Barça no dominaba con claridad, superaba con comodidad la primera línea de presión, pero arriba sólo tenía ideas interesantes un Messi con pocos socios inspirados.
Messi volvió a marcar (2-0, minuto 37), después de un elaborado saque de banda en el que combinaron Busquets y Vidal, éste cedió al argentino, quien se adentró en el área sorteando rivales y cruzando el balón al fondo de las mallas.
Otra vez el capitán azulgrana, en el 40, recibió un balón franco, se lo cedió a un Griezmann mejor posicionado, pero al francés se le hizo de noche y en el rebote, el esférico le volvió a caer a los pies de Messi, que marcó el tercero de la tarde.
La segunda parte arrancó con el Barcelona mareando el balón junto al territorio de Ter Sregen sin poderlo sacar, acción que aprovechó el Eibar para robarlo, lanzarlo un centro del área y Escalante, en un nuevo remate, poner en tensión la meta azulgrana.
El Barcelona también hizo dos cambios, uno arriesgado al sacar a Piqué y meter a Umtiti, quien junto a Lenglet está a una tarjeta de la suspensión (el próximo partido será contra el Madrid), y el segundo el debut del danés Martin Braithwaite, fichado hace dos días del Leganés, por 18 millones de euros, y que se fue a la banda izquierda.
En un partido ya con el tono bajo, los dos centrales azulgrana acabaron haciendo una jugada que acabó en gol, pero fue anulado, igual que otro en el 82 a Arturo Vidal.
El choque lo cerró el Barça a lo grande, cuando Messi en el 87, en una nueva acción genial, cuando se encontró un balón en el área pequeña y tras sortear a un defensa y al meta, marcó el cuarto de la noche (4-0), y dos minutos después Arthur redondeó con el 5-0 una acción que arrancó con un disparo de Braithwaite que Dmitrovic desvió hacia la zona del brasileño.
