Este 19 de abril, Luis Miguel celebra 50 años de vida siendo uno de los intérpretes mexicanos más reconocidos a nivel internacional y sobre todo en países latinoamericanos como Argentina.
Pese a que el ‘Sol’ nunca fue un gran aficionado al futbol, pues a lo largo de su carrera prefirió otras pasiones como la música o incluso el tenis, el cantante mexicano posee una anécdota que lo hizo disfrutar por una noche de la gran pasión que el juego más popular del mundo es capaz de lograr en seguidores de todo el mundo y en aquellos que no están tan adentrados, tal y como sucedió con Luis Miguel.
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Fue en 1988, cuando a la edad de 18 años, ‘Luismi’ fue invitado por su entonces productor, Matías Mc Cluskey, (gran aficionado de Boca Juniors) a un partido de futbol en Buenos Aires, Argentina. En uno de los grandes templos del futbol sudamericano y mundial como lo es La Bombonera, casa de los Xeneizes.
«Luis Miguel siempre ha sido un tipo muy divertido, picarón. Le gustaba la adrenalina y le encantaban todos los eventos multitudinarios. Conseguimos unas entradas para la platea alta y, aunque él no era fanático del futbol, no lo dudó. le encantó la idea de ir», reveló Matías Mc Cluskey en entrevista para el diario argentino Olé.
Sin embargo, para no ser reconocido, Matías pensó en disfrazar al intérprete de ‘La chica del bikini azul’ para que así pudiera acceder al estadio sin mayores problemas y evitar ser interrumpido por los fanáticos que llegaran a reconocerlo. «Se puso un gorro de lana, una bufanda y los anteojos más grandes que tenía. Era irreconocible», afirmó Mc Cluskey
Ya dentro del estadio, Luis Miguel quedó sorprendido por la enorme pasión con la que el hincha argentino vive cada uno de sus partidos. A pesar de que no entendía mucho sobre ello, el ‘Sol’ se adaptó a aquel momento y disfrutó cada cántico que la afición le dedicaba al equipo Xeneize, además de que difrutó las anotaciones que aquella noche hicieron triunfador a Boca, siendo en una de ellas en las que un extraño abrazó a Luismi, lo cual sin duda generó el desconcierto del cantante.
«Alucinó con la hinchada. ‘No paran’ me decía. Y estabamos hablando de Luis Miguel, un ícono de la música internacional, alguien que no se suele intimidar ante las multitudes que lo siguen de show en show. En un gol de Boca, típico de la cancha, el que estaba adelante se dio vuelta y le dio un tremendo abrazo. Luismi no entendía nada, se cagaba de risa y me dijo ‘si supiera que me está abrazando a mí'», agregó Matías.
Después de vivir tan grata experiencia en una de las canchas en donde la pasión es única, Luis Miguel, a pesar de no ser aficionado del futbol quedó con ganas de volver a experimentar esa emoción. Por lo que de acuerdo con Matías Mc Cluskey, un par de años después volvió a Buenos Aires e hizo una parada obligatoria en La Bombonera, aunque en aquella ocasión compró un gorro con el escudo Xeneize.
Esta fue la pasión por la que Luis Miguel se enamoró de la Bombonera