Una nueva protesta racial se presentó en el deporte de Estados Unidos cuando la atleta Gwen Berry le dio la espalda a la bandera y al himno estadounidense.
El sábado pasado se llevó a cabo un evento clasificatorio para los juegos Olímpicos en Eugene Oregon. Berry obtuvo el bronce en lanzamiento de martillo y durante la ceremonia de premiación evitó ver la bandera y mostró una playera con la leyenda ‘Atleta activista’.
Gwen señaló después de la competencia que reaccionó así porque estaba consternada por el hecho de que tocaran el himno nacional y aseguró que el tema “no habla” en su nombre, ya que es un “símbolo del racismo sistémico”.
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Berry, que consiguió la calificación a Tokio 2020, señaló que representará a aquellos que “murieron debido al racismo sistémico” en el país.
La acción de la atleta hizo eco en el gobierno estadounidense. Jen Psaki, portavoz de la Casa Blanca, declaró que el presidente Joe Biden respetaba el derechos de los atletas a protestar.
«Él diría que parte del orgullo por nuestro país significa reconocer que hay momentos en los que nosotros, como país, no hemos estado a la altura de nuestros ideales más importantes, y eso significa que hay que respetar el derecho constitucional de la gente a protestar de forma pacífica”, dijo Psaki.