México finalizó los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 con cuatro medallas de bronce, siete cuartos lugares y en total 21 diplomas olímpicos debido a los tres quintos lugares, seis sextos y un octavo que se obtuvieron.
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Debido a estos resultados, la delegación azteca y los dirigentes deportivos han sido muy criticados; sin embargo Daniel Aceves, medallista olímpico en lucha grecorromana (plata) en Los Ángeles 84, señaló en entrevista para Publisport que lo vivido en Tokio tiene luces y sombras.
Además, el también miembro del Comité Olímpico Mexicano, apunta que hay que analizar los casos individualmente y trabajar ya para el ciclo olímpico de París 2024.
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¿Cómo calificas la actuación de la delegación azteca?
— Sin duda alguna hay luces y hay sombras en relación a lo acontecido en la participación de México en Tokio 2020. Mi primer balance sería el festinar, no sólo el tema de 163 deportistas, el que casi la mitad fueran mujeres, y que dentro de este contexto pudiéramos tener una serie de clasificados por méritos propios, ya que ninguno de los atletas asistió por mecanismos de invitación sino que todos fueron convocados a través de los procedimientos de las federaciones internaciones; entonces es un punto a destacar.
Son siete cuartos lugares, cuatro medallas de bronce. La ubicación que tenemos en el cuadro general de medallas nos ubica en el lugar 84 y bajo esa consideración las luces y las sombras se refieren a que países con los que tenemos que estar vinculados, no sólo geográficamente, sino que los niveles económicos, sociales y sobre todo políticos nos igualan. Hay países como Ecuador, como Jamaica, República Dominicana, como Colombia que han tenido un desempeño con mucho más metales que los que hemos tenidos nosotros y sobre todo con medallas de oro y plata. Esto tiene que llevarnos a tener una reflexión por parte de la comunidad olímpica, de la comunidad deportiva nacional, de las instituciones públicas y privadas, de la Conade, del Comité Olímpico Mexicano y aunque no sea parte del sistema, de la propia confederación deportiva mexicana.
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Hoy tenemos que hacer un replanteamiento, sobretodo en un ciclo olímpico que se asoma para París 2024, en donde faltan tres años, y que tendríamos que ubicar el 70% de los asistentes a esta delegación mexicana es la primera vez que asistieron a unos Juegos Olímpicos. En consecuencia, para nosotros es un hecho central la necesidad de poder generar, y sobre todo por parte de la autoridad, un plan nacional de deporte y activación nacional que hoy por hoy no existe o si existe no está presentado.
El tema pandémico, el tema de los resultados en los Juegos Olímpicos y el tema de salud pública obligan a hacer un replanteamiento y edificar lo más pronto posible un documento que acompañe el plan nacional de desarrollo 2019-2024.
A esta administración pública le restan más de tres años y en ese contexto será muy importante que con las lecciones aprendidas en estos Juegos Olímpicos haya un planteamiento y replanteamiento de lo que hay que hacer, cómo fortalecer el financiamiento, los apoyos materiales en especie y también lo referente a los equipos multidisciplinarios.
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¿Qué faltó para que esos cuartos lugares se convirtieran en medallas?
— Hubo una parálisis por parte de algunas federaciones, de algunos institutos, durante el confinamiento de la pandemia, en especial en 2020. No hubo la misma reacción en todas las instancias ni en todas las disciplinas. El esfuerzo personal, familiar e institucional en algunos casos generó que los deportistas se mantuvieran no sólo en óptimas condiciones físicas sino con una preparación técnica que es fundamental para un desarrollo competitivo como el que se vivió en Tokio. Esto lo estamos viendo como ejemplo en otros países, el abatimiento de marcas mundiales y olímpicas en la pista, en la alberca, en una serie de pruebas de precisión nos da como consecuencia que estos países y estos atletas se siguieron preparando. La postergación de un año fue un área de oportunidad que ellos aprovecharon para su preparación.
También es cierto que dentro de toda esta lección que visualizamos está el hecho de fortaleza el vínculo entre la Conade y el COM. Para nadie es un misterio en que las relaciones no han sido buenas, no han sido de colaboración, y uno de los puntos fundamentales que nosotros como medallistas olímpicos y como olímpicos mexicanos estaríamos apuntando es que haya un trabajo conjunto entre las dos instancias más importantes del deporte mexicano, en atención al nuevo ciclo olímpico. Esto se repercute de manera totalmente espejo con el tema paralímpico. Necesitamos un replanteamiento, un esquema y un trabajo de unidad en torno a las atribuciones que cada instancia tiene y que las genera muy clara la ley de general de Cultura Física y Deporte.
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¿Cómo se puede calificar la actuación de México con respecto al número de medallas?
— Quienes conocen los principios de calidad, saben y dicen que lo que no se puede medir no existe y la medición para todos los países son las medallas obtenidas y los diplomas obtenidos, los diplomas son del primero al octavo lugar. En este sentido reitero que hay luces y sombras, muy claras, hay equipos como el de beisbol, que por supuesto, quedaron a deber ante las expectativas que había y así una serie de particularidades e individuales en donde se hicieron esfuerzos muy importantes, donde se avanzaron en récords o resultados nacionales, regionales y continentales, y otros donde el factor suerte, que cuenta, entendiendo la suerte como la vértice en donde se encuentra la oportunidad de la preparación.
En cuanto a la pregunta concreta, diría que hay luces y sombras. La lección más importante es que hay que trabajar unidos, de manera conjunta entre los órganos del gobierno y el movimiento olímpico mexicano y hay que hacer un balance pormenorizado de todos los elementos que se dejaron de tener o de apoyar para que esta lección, en donde no creo que pueda haber una gran satisfacción al no superar lo hecho en otras contiendas y al ser superados por países del área, por economías similares en donde definitivamente México no se pudiera traducir siendo la economía número 15 del mundo, siendo el décimo país más poblado del planeta, siendo el decimosegundo más extenso del mundo; no podríamos estar satisfechos con tener el número 84 en el cuadro de medallas.
Subrayo que hay que individualizar el análisis, muchos de estos cuartos lugares no eran esperados. Son consecuencia y producto de un extraordinario trabajo y fueron circunstancias las que determinaron que obtuvieran una presea o no. En ese sentido también apelo a la conciencia colectiva del reconocimiento de estos deportistas, a los que a veces se les critica de manera injusta. Creo quien debe permanente responder ante un fracaso o la deficiencia de un resultado son las autoridades deportivas. Los atletas, todos buscan permanente ganar, para eso se preparan, dedican gran parte de su existencia, de su vida y de su talento. Por lo que es importante salir al paso de manera entendible de que haya una exigencia de resultados satisfactorios que abonen en esta resiliencia que necesitamos en un tiempo pandémico, pero también es cierto que estos deportistas son de lo mejor del planeta y que hasta el momento a cada uno, en su dimensión, han demostrado querer ser ganadores y han portado de manera ejemplar el uniforme de México.
¿El resultado es un fracaso para México?
— No podría ese concepto porque sería muy simplista. Por eso subrayaría más las luces y las sombras porque hubo cosas extraordinarias y otras que no alcanzaron. Generalizar sería un error muy importante, hablando de 163 deportistas que asistieron y teniendo muchas de estas participación que son inéditas como la lucha femenil o la natación en aguas abiertas. Yo sí rechazaría el término fracaso, me quedaría en un análisis mucho más serio, un análisis que nos permitiera ubicar no sólo estos cuartos lugares, hubo varios quintos y sextos. Hubo una serie de diplomas olímpicos, creo que alrededor de 15. Entonces del número general que estemos hablando de 10% dentro de los primeros ocho lugares, es un aliciente importante, que no nos debe dejar satisfechos, porque México debería buscar permanentemente tener una participación más triunfadora cada edición olímpica y también son más pruebas.
¿Ana Gabriela Guevara es la principal responsable?
— Tradicionalmente cuando no hay un buen resultado o así se percibe por parte de la población, quienes son los dirigentes del deporte quedan bajo un escrutinio público. Cuando fue Barcelona 92, fue con Raúl González y así sucesivamente en aquellos juegos en los que se han ganado una o dos medallas. Es un elemento lógico y sobre todo con las redes sociales la gente tienen la capacidad de opinar, a veces con una buena intención a veces con niveles de hostilidad que no se deberían de presentar. No estoy de acuerdo con un hostigamiento mediático, lo repruebo totalmente, creo que sí se deben hacer balances importantes. Hoy no tengo uno total y absolutamente claro sobre Ana Guevara, pero lo he señalado es que creo que es un problema de que no hay un plan nacional de deporte y cultura física. Hay un faltante en este tema, además es una obligación del servicio público. Hay una falta de orientación, de rumbo y de ruta.