En medio de la selva, a unos 12 metros de profundidad, el arqueólogo Sergio Grosjean Abimerhi y su equipo hallaron una cueva con pinturas rupestres que podría ser la más importante de Yucatán por la riqueza de las imágenes, las cuales muestran «el alto grado de evolución de la cultura maya».
Las pinturas están impresas en una roca de aproximadamente 15 metros de largo y cinco de alto en esa cueva hallada en la parte oriental del estado de Yucatán, que también alberga un pequeño cenote de aguas azules.
En otras comunidades de Yucatán, como Homún, Kaua y Akil, se han descubierto petrograbados, algunas veces difíciles de descifrar, «pero muestran el alto grado de evolución de la cultura maya y en este nuevo hallazgo no es la excepción», señaló el director del Instituto Mexicano de Ecología, Ciencia y Cultura, asociación civil fundada para realizar investigaciones ambientales y culturales.
Las pinturas en el nuevo sitio «tienen colores derivados de una amplia gama de pigmentos y materiales derivados de la Madre Tierra como el k’ankab (tierra roja o amarilla)», indicó.