Esta pequeña criatura, parecida a una oruga, es uno de los últimos robots desarrollados por científicos de la Universidad de la Ciudad de Hong Kong.
Con patas suaves y flexibles, es capaz de soportar cargas pesadas y se adapta a entornos hostiles.
Inspirado en las estructuras de los pies y piernas de muchos organismos vivos y con una alta eficiencia de locomoción, podría allanar el camino para los avances de la tecnología médica, como la administración de medicamentos en el cuerpo humano.