El dinero en las parejas es un tema mucho más importante de lo que pensamos. En los años setentas de las parejas que vivían juntas, el 80% estaban casadas, en la actualidad máxima el 30% lo están. La tendencia hoy en día es vivir juntos sin casarse, por lo cual, es muy importante poner atención a sus finanzas para saber manejarlas. Al estar casados o no, cambian las situaciones económicas.
Desde el noviazgo, muchas parejas se limitan a conversar del tema únicamente de manera superficial, o simplemente no ocurre esta plática. Hay que hablar con la pareja del tema para llegar a buenos acuerdos, evitar problemas y resentimientos futuros relacionados con el dinero. Esto no debe de interponerse entre su relación y el amor, sino hacerlo parte de la estrategia de pareja para que ambos estén a gusto, cumpliendo sus objetivos y metas más rápido y de una mejor manera, siempre hay que ser honestos con el dinero.
Quien genera más dinero en la relación no tiene por qué asumir el papel dominante en los gastos, ambos tienen la misma responsabilidad y ambos son parte fundamental en la economía de su hogar. Si uno trabaja y el otro no, o uno gana más que el otro, deben entender que son un equipo y ambos son necesarios para crear ese vínculo amoroso en las finanzas. Tienen que implementar estrategias financieras como plan de retiro, ahorro, inversiones, seguro de vida, fondo de emergencia, entre otros, para que el dinero se convierta en una herramienta de crecimiento para sus metas en pareja.
Es recomendable NO tener una cuenta juntos, ya que la idea romántica de unir su dinero puede llevarlos a pelear al final por a nombre de quien está la cuenta en caso de una separación, es mejor que cada uno tenga su cuenta por separado y aparte tener una cuenta compartida donde solo este el dinero para los gastos del hogar y sus gastos de pareja (renta, despensa, diversión) en la cual quincenalmente cada uno ponga una parte establecida.
Es importante que tengan una buena comunicación, tener metas compartidas y respetar la individualidad de cada uno, pero siempre con un compromiso de las dos partes. Si el diálogo no existe, aumentan las probabilidades de desencadenar problemas por estos motivos, por ejemplo, al momento de querer comprar una casa junta, es muy importante pensarlos dos veces y tener bien establecido ¿Quién la va a pagar? ¿A nombre de quién estará?, en caso de separación ¿Quién se la quedara? o si la venden ¿Cómo se dividirá el dinero? Hablen antes de cuánto dinero y bienes materiales quieren tener juntos.
Expongan cuanto están dispuestos a hacer y sacrificar para lograr lo que desean. Por ejemplo, si quieren hacer un viaje, establezcan cuanto aportarán o como pueden mejorar su relación para gastar menos para ahorrar y dejar para última opción pedir un préstamo, porque en caso de una discusión, como parte del enojo, si el préstamo estaba a tu nombre, tu ex pareja te puede dejar con esa deuda que en su momento era de los dos. Elaboren un presupuesto en pareja para saber en qué gastar, como y cuando es debido hacerlo.
Es importante que para los gastos de cada uno, así como en las cuentas, las tarjetas de crédito estén separadas. En varias ocasiones, la persona en la relación que tiene su tarjeta de crédito saca la tarjeta adicional para la pareja, pero hay que estar conscientes que en caso de una ruptura el titular de la tarjeta es quien deberá pagar la deuda. No hay que disponer de estas herramientas sin antes consultarlo con la pareja, tengan un lugar específico para reunir los recibos, pagos o facturas de sus gastos y tener un fondo de ahorro para emergencias.
Cuando la pareja se pone de acuerdo financieramente, se vuelve más fuerte. Si siempre buscas el beneficio para tu pareja, tú obtendrás bienestar individual.
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