Más de 400 niños acompañan a sus padres y madres en la caravana migrante, de unas 2 mil personas, que cruza estos días el estado de Chiapas con el fin de llegar a Estados Unidos.
Los infantes lo han dejado todo atrás, desde sus queridos abuelitos a los útiles escolares que llevaban a la escuela o los pocos juguetes que tenían, empujados por el afán de sus padres de darles una vida mejor.