Cansados del acoso que sufren las mujeres, jóvenes estudiantes de Mérida, en el suroriental estado mexicano de Yucatán, han creado de forma artesanal una arma de defensa contra acosadores: el «gas violeta».
Es una combinación hecha con productos naturales como la cebolla y el chile habanero, conjuntados para formar un «espray» que surgió como un proyecto de los estudiantes del primer semestre de la facultad de contabilidad y administración de la Universidad Autónoma de Yucatán.
Una de las creadoras, Ana Karen Hernández, cuenta a Efe que «la violencia es algo que se debe tratar» y que «probablemente no se va a resolver de la noche en la mañana, pero con el tiempo sí podrían disminuir las estadísticas que hay actualmente».
De acuerdo con ONU Mujeres, en México mueren asesinadas entre 9 y 10 mujeres cada día.
Según un informe divulgado en enero por la organización Semáforo Delictivo, el año pasado 834 mujeres fueron asesinadas en todo el país, un incremento de 13 % con respecto a 2017.
«Decidimos tratar esto porque sabíamos que iba a crear impacto en la sociedad en general», comenta Hernández sobre su espray.
Asimismo, comenta sobre el potencial de este, que es capaz de provocar ardor en los ojos y en el rostro durante 15 minutos, dejando fuera de juego al acosador de turno. Este tiempo, cuenta Hernández, es esencial para que la víctima pueda huir a pedir auxilio.
Su tamaño es discreto, se asemeja al de un lápiz labial construido con ingredientes 100 % naturales. Esto hace que tenga un coste de elaboración accesible para todos los públicos.
Además, es un producto orgánico y amigable con el medioambiente, destaca Hernández. Otro de los estudiantes, Densel Santos, comenta a Efe como es el proceso de elaboración.
«Experimentamos con la cebolla; cuando se corta, enseguida se siente la acidez en los ojos. El chile habanero (…) lo frotamos con agua y vimos que esos dos ingredientes eran los dos elementos muy eficaces para hacer este producto», expone.
Ahora mismo planean registrar su marca y patentar su invento para, pronto, poder comercializarlo por todo el estado de Yucatán y, posteriormente, por el resto del país.
Jessica Brito, otra de las creadoras, dice a Efe que buscarán patrocinadores o apoyo económico para pagar los costos de producción.
De esta manera, las mujeres tendrán a la mano un arma artesanal, de elaboración ciudadana, para los percances que tienen con los acosadores, una lacra que lamentablemente sigue afectando a todo el país.
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