Sarah Yanai y Melpomeni Dina se fundieron hoy en un abrazo cargado de historia y emotividad. Una, superviviente del Holocausto; la otra, su salvadora, se reencontraron hoy en Jerusalén para conocer a los casi 40 descendientes de aquella familia que Dina ocultó de los nazis.
«Escuché historias sobre ella durante muchísimos años, lo que su familia hizo por mi papá (Yossi) y su familia. Era como una leyenda, y de repente es de carne y hueso, es una persona real y me emociona mucho verla aquí», declaró a Efe Rafeket Dor, sobrina de Yanai al conocer a Dina.
Sarah, su madre Mari y sus cuatro hermanos, entre ellos Yossi, fueron ocultados por Melpomeni y sus hermanas en su casa en la ciudad griega de Veria, donde permanecieron varios meses a finales de la Segunda Guerra Mundial hasta que lograron escapar.
Hoy, en el Centro Internacional para la Memoria del Holocausto en Jerusalén, Yad Vashem, se reencontraron y Sarah, junto a su hermano Yossi, introdujeron a Melpomeni, de 92 años, a sus casi 40 hijos y nietos, quienes saludaron personalmente a una de las principales responsables de que su familia no fuera capturada por los nazis.
«Es una emoción enorme recibirla acá en Israel y que pueda conocer a nuestras familias», expresó a Efe Sarah, notablemente emocionada, y sentada junto a su salvadora, con quien lloró durante varios minutos.
«Ella salvó a toda mi familia y ahora puede ver a la gran familia que construimos, gracias a que nos salvó. Es tan increíble lo que hizo, corrió un peligro inimaginable al ocultarnos», agregó Yanai, de 86 años, sobre Melpomeni.
Melpomeni, que viajó especialmente desde Grecia para conocer a las familias de Sarah y Yossi, no pudo contener las lágrimas cuando los nietos más pequeños se acercaron a abrazarla y le dieron un beso en la mejilla.
«Estoy muy feliz de verlos a todos ustedes y con buena salud», dijo y remarcó que «hay que enseñar al pueblo a hacer el bien, porque cuando uno hace algo bueno, lo volverá a recibir en algún momento de su vida».
El vínculo entre Melpomeni y Yossi y Sarah surgió durante la guerra gracias a la relación entre la madre de estos últimos, Mari, y una joven llamada Efthimia, a quien esta había enseñado costura de forma gratuita, ya que la aprendiz no tenía padres y apenas tenía dinero.
Tras haber pasado un tiempo encerrados en el ático de otra familia, Efthimia ofreció a Mari y sus cinco hijos que se ocultaran en su casa, donde vivieron durante varios meses junto a sus hermanas menores, Bithleem y Melpomeni, quien hoy recuerda a Sarah cómo jugaban juntas y se dividían el poco pan que tenían para comer.
Tanto Melpomeni como sus hermanas fueron reconocidas como Justos entre las Naciones, un reconocimiento que otorgan Israel y Yad Vashem a aquellos no judíos que salvaron a judíos durante el Holocausto. Sus nombres están grabados en el Muro de Honor en el Jardín de los Justos entre las Naciones en Yad Vashem.