Turquía envió más refuerzos el jueves al noroeste de Siria, estableciendo nuevas posiciones en un intento de detener una ofensiva del gobierno sirio sobre el último bastión rebelde en el país devastado por la guerra, según medios y activistas de oposición.
Turquía y Siria chocaron el lunes en un inusual intercambio de fuego en el que murieron siete soldados turcos y un miembro civil del Ejército turco, así como 13 soldados sirios.
En Moscú, el Ministerio ruso de Exteriores anunció que varios soldados rusos habían muerto junto con militares turcos en una provincia en el norte de Siria, sin detallar cuándo ocurrió el incidente.
Moscú y Ankara apoyan a bandos opuestos de la guerra civil siria. Rusia es el principal aliado de las fuerzas del presidente de Siria, Bashar Assad, mientras que Turquía respalda a los insurgentes que combaten al gobierno en Damasco.
Las tropas sirias iniciaron una ofensiva en diciembre sobre el último bastión rebelde del país, que se extiende en la provincia de Idlib y partes de la cercana región de Alepo. Turquía desplegó tropas en algunas zonas rebeldes para supervisar un cese el fuego que ha colapsado.
En la provincia de Idlib viven unos 3 millones de personas, muchas de ellas desplazadas desde otros lugares de Siria en otras oleadas de violencia.
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