Si los gastos de fin de año se salieron de control y te ves en la necesidad de empeñar tus pertenencias, compara opciones, no te dejes llevar por la presiones económicas y no firmes ningún contrato si no estás seguro de a qué te comprometes.
La Condusef reportó que la tasa anual de interés puede alcanzar hasta 120%, por lo que lo más importante es analizar cuáles son tus necesidades de dinero y tener cuidado de no hipotecar tu patrimonio.
Tips y más tips
Para evitar engaños, costos excesivos y trampas al recurrir al empeño, los expertos te recomiendan:
1. Compara al menos tres opciones
Ante la necesidad de disponer de efectivo inmediato, lo que menos importa son los intereses que pueden cobrarte. Pero ten calma, date tiempo para checar y elegir la tasa que te dé más liquidez por tus prendas a un menor costo.
2. Analiza la tasa de interés anualizada.
Algunas casas de empeño –para confundirte y no asustarte– suelen manejar tasas de rédito mensual. Es menos impactante ver 10% al mes, que 120% anual y con ello convencer al cliente de que se trata de una operación favorable.
3. Consulta qué porcentaje de avalúo te ofrecen.
Este concepto mide el valor del bien a empeñar, determinado por expertos de la institución. Tal monto varía entre 25 y 45%; aunque algunas casas manejan hasta 85%.
Compara entre varios establecimientos y elige la opción más conveniente, ya que las diferencias pueden ser muy significativas.
4. Pregunta sobre la demasía.
Ésta es la cantidad que te pueden dar en caso de que no logres recuperar tu prenda empeñada. Checa a cuántos refrendos –renovaciones del contrato– tienes derecho y la extensión del plazo establecido para que tus pertenencias sean devueltas.
5. Contrasta el Costo Anual Total (CAT).
Al igual que ocurre con otros créditos, los préstamos de las casas de empeño tienen un CAT, indicador que engloba tasa de interés, comisiones, avalúo y gastos de almacenaje. Usa dicha herramienta como un primer filtro para hacer tu elección.
6. Pregunta por los costos adicionales.
Aunado a los intereses, los clientes deben cubrir gastos generados del almacenaje, avalúo y seguro contra robo, entre otros.