Refrescos merman al bolsillo, suben entre uno y seis pesos

El nuevo costo de los refrescos se convirtió en una dura sorpresa para millones de mexicanos, quienes este año pagan entre 6.6 y 24% más por el consumo de dicha bebida, según la presentación, marca, sabor, tienda o establecimiento donde se adquiera. 

A fines de 2013, en las tiendas de abarrotes, una lata de 500 mililitros costaba entre 7 y 7.50 pesos; una botella de 600, hasta ocho pesos; y una presentación familiar de tres litros, de 21 a 25 pesos.

Sin embargo, a partir del 1 de enero, el costo de las mismas presentaciones alcanzaron 8, 9 y 28 pesos respectivamente, pero si acudes a un local de conveniencia, los precios se disparan hasta 9.50, 10.50 y 31 pesos, por cada segmento.

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Lo anterior se registró a la par de la entrada en vigor del impuesto especial –de un peso– por cada litro de bebidas azucaradas, el cual es parte de la reforma fiscal aprobada por el Congreso, cuyo objetivo es inhibir la compra de tales productos y, con ello, reducir los índices de obesidad y enfermedades como la diabetes.

Jesús Valdés, especialista de la división de Estudios Empresariales de la Universidad Iberoamericana, explicó que las alzas en los precios de los refrescos no obedecen al impuesto especial determinado a la bebidas azucaradas, sino a una política de cada una de las empresas refresqueras, las cuales determinan el valor de su producto de acuerdo a los costos de producción e insumos –principalmente de los endulzantes o edulcorantes– y el margen de ganancia que éstas determinan, tanto para el establecimiento como para ellas mismas.

“Todos le echan la culpa a la reforma fiscal y otros piensan que tales alzas son ilegales, pero no es así. Las refresqueras –a través de los tenderos– van a cobrar y entregar al fisco un peso por cada litro de refresco y cada consumidor decidirá si paga o no el precio determinado”, dijo.

Análisis
Impuesto a refrescos no reduce su consumo
El impuesto especial a las bebidas azucaradas no ayuda a combatir la obesidad ni a reducir su consumo, debido a que el precio y las presentaciones impulsan la compra de cantidades cada vez mayores.


Raymundo Tenorio, director de la Licenciatura en Economía del Tec de Monterrey, campus Santa Fe, explicó que los nuevos costos inducen a los mexicanos a comprar una botella grande, en lugar de una pequeña.

“Es sencillo, una lata de 355 mililitros llega a costar hasta 8.50 pesos; mientras que una presentación de tres litros, vale 31 pesos, dinero que apenas le acanzaría para 3.64 latas pequeñas.

Así que a la hora de decidir, el cliente prefiere un envase mayor, porque obtiene más refresco por un precio que resulta más convincente.

Marianna Vargas, gerente de Comunicación de la consuloría Kantar Kantar Worldpanel, indicó que los mexicanos no van a dejar de comprar refrescos.

“Lo que esperamos es un cambio de hábitos y la compra de marcas genericas o más baratas; así como un mayor consumo de presentaciones normales, en lugar de bebidas light o de otro tipo que son más caros”, apuntó.   

Cifras clave
• 163 litros de refresco beben en promedio los mexicanos al año, cifra que nos coloca como el país con mayor consumo en todo el mundo.


• 4 veces a la semana es la frecuencia en que dicho producto está presente en la dieta de la población.

• 27% más propensos a sufrir diabetes, son los adultos que consumen una o más proporciones de refresco diariamente, reportó la  Condusef, a través de un artículo titulado Refresca tus gastos.

• 45 litros más de soda al año beben los mexicanos, respecto a los consumidores de EU, incluso está por encima del promedio que reportan Chile, Brasil, Colombia y Perú, donde la compra del producto suma 116, 89.1, 65.3 y 55.7 litros respectivamente, reportó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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