Aunque parecía ser un tema que había quedado atrás, el ex productor Mario LaFontaine revivió los dimes y diretes acerca del supuesto prosticatálogo de Televisa, al declarar a la periodista Sanjuana Martínez en el libro “Soy la dueña», la prostitución que impera dentro de la empresa.
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El productor, que fue despedido por hablar de ello, describió a la televisora como “el burdel más grande de México”. LaFontaine trabajó durante 28 años en la empresa y participó en el surgimiento de los grupos Timbiriche y Garibaldi.
Según sus declaraciones, había un grupo especial en donde los actores y actrices estaban a las órdenes de altos ejecutivos y tenían que acudir a citas cuando fueran requeridos.
“Cuando te llamen o te digan que tienes que ir a la fiesta de un ejecutivo, lo tienes que hacer. Es el grupo de las que sí se sabe que ganarán una novela, pero sabemos de qué forma”, expresó el profesional.
El productor fue claro y contundente al mencionar los “favores sexuales” que algunas actrices debían cumplir con clientes especiales. Y describió casos de figuras como Gloria Trevi, Érika Buenfil, Salma Hayek, Bibi Gaytán y algunos galanes como Eduardo Yáñez y Sebastián Rulli.
También habló de “La Casa de las Campanas”, un supuesto centro de reunión donde se llevaban a cabo “encuentros sexuales” entre actrices, empresarios, políticos y altos ejecutivos.
SU CARTERA A DISPOSICIÓN
Emilio Azcárraga Milmo creó el proyecto “Centro de Educación Artística” para capacitar nuevos talentos en el campo de baile, canto y actuación.
A finales de los 90 se transformó en una agencia de damas de compañía para famosos deportistas, millonarios empresarios y políticos de alto nivel.
La primera generación fueron: Érika Buenfil, Edith González, Yuri, Guillermo Capetillo, Eduardo Palomo, Rebecca Jones y Alejandro Tommasi.
Ellos debieron pagar derecho de piso: Fernando Colunga, Yáñez, Palomo, Ernesto Laguardia. Ernesto Alonso los hizo famosos en sus novelas gracias a sus favores sexuales.
En el caso de las mujeres fue Valentín Pimstein quien las lanzó: Salma Hayek, Thalía, Adela Noriega y Nailea Norvind.
SECRETO A VOCES
Las impactantes declaraciones que Kate del Castillo hizo en un documental de Netflix colocó a la televisora en el ojo del huracán.
La actriz no solo dejó en evidencia a la empresa, sino también a varias actrices al ventilar un posible catálogo donde se ofrecían a las estrellas con publicistas y empresarios a cambio de papeles estelares, autos de lujo o dinero.
