La Abadesa o Crónica de las vicisitudes de la monja Belén es una obra de teatro que se remonta al pasado de México, a la época en la que nacimos como nación y, durante este proceso, surgieron también los aspectos oscuros de nuestra identidad nacional. Jorge Gidi, autor de la obra, se valió de la poesía para viajar hasta ese universo.
“Una poesía que no oscurece la historia sino que, al contrario, nos hace apreciar el drama a un nivel más profundo y que hoy en día no vemos más que en los clásicos o en los duelos de raperos”, dice el autor en entrevista vía correo electrónico.
¿Por qué decidiste escribir esta obra?
Hace más de 20 años pensé en escribir una trilogía que explorara los orígenes de algunos males de nuestro país. En específico, nuestro racismo nacional, nuestro fanatismo religioso y nuestro machismo.
Decidí hacerlo como un trabajo de arqueología en el periodo en el que México empieza a conformarse como nación. Es cuando viene el verdadero choques de culturas, tanto prehispánicas como europeas- (principalmente la española) y que sucede durante el periodo virreinal. Esta es la primera parte de la trilogía.
¿Se podría decir que esta es una obra feminista?
Primero necesitaría que me dieran una definición de “feminista” para saber de qué estamos hablando. Es una palabra cargada de múltiples significados y me gustaría evitar los malos entendidos.
Yo diría que es una obra en la que las protagonistas se enfrentan a un mundo que las condena a perder su humanidad esencialmente (pero no exclusivamente), por el hecho de ser mujeres.
‘LA ABADESA’: LIBRE… ¿HASTA LA MUERTE?
De acuerdo con Gidi, La Abadesa intenta explorar las paradojas de la libertad y de cómo un ser humano, bajo circunstancias extremas, puede elegir el encierro y aún su propia muerte como acto de afirmación de su propia libertad. Advierte que si esta condición la convierte en una obra “feminista”, entonces sí lo es.
¿Cuál fue tu motivación para escribir esta obra?
En mi caso y por mi historia personal, me era importante escribir una obra donde el protagonismo cayera en manos femeninas, pero esa es una decisión personal.
¿Hacer esta obra refleja una preocupación tuya por acercarte al otro o acercarte al universo de las mujeres?
Indudablemente. Reconocer a lo largo de mi vida formativa desde la primaria, la secundaria y la preparatoria (y aún en mis primeros años de vida adulta) actitudes y comportamientos que hoy me son inaceptables, me provocó una sensación de deuda moral y la necesidad de explorar esas actitudes desde ambos lados del muro del género.
No sé qué tanto haya logrado, pero es la exploración de la que hasta ahora soy capaz.
¿Las mujeres que te inspiraron la obra o que te inspiran en general… son musas o son tus heroínas?
Musas definitivamente no, eso es precisamente de lo que estoy tratando de alejarme: personajes deshumanizados y que sólo existen en función del deseo o de la ambición de alguien más (generalmente un hombre).
Heroínas en su sentido más dramático, como un ser humano que se encuentra en una situación en la que enfrenta fuerzas de antagonismo, que de entrada parecen superiores a sus fuerzas, sí. Es decir, una protagonista en el sentido más dramático del término.
VAMOS AL TEATRO
La Abadesa es una pieza teatral en la que la acción dramática sucede en la mente del espectador. Para el autor fue esencial apostar en esta dirección. La iluminación de Francisco Álvarez nos transporta en el tiempo y el espacio sin necesidad de utilizar ningún elemento escenográfico.
Además, está la proeza actoral de los tres intérpretes, quienes dan vida a nueve personajes y hacen sus cambios de vestuario frente a público. Se trata de Rosa María Teixidor, Cinthia Patiño y Raúl Román, quien además es cantante de ópera e interpreta varias canciones de la época en vivo.
La Abadesa se presenta todos los jueves de octubre y noviembre, a las 20:30 hrs., en el foro La Gruta del Centro Cultural Helénico de la Ciudad de México.