El Club de Periodistas de México decidió otorgar el Premio Nacional de Periodismo 2020 a la periodista de investigación Anabel Hernández por su reciente libro El traidor.
La escritora revela una serie de entrevistas con el abogado de dicho capo quién narra en primera persona detalles de la operación del Cártel de Sinaloa, a través del diario secreto del hijo del Mayo, Vicente Zambada Niebla, mejor conocido como Vicentillo.
Durante la entrevista con la ganadora del premio de periodismo, la acompañó su madre y un guardaespaldas. Su andar es cauteloso y suele observar a su alrededor en cada paso.
Lo que le inquieta no es estar en la mira de los protagonistas del narco en México, sino poder realizar más investigaciones para generar un cambio social y político.
¿Cómo mirar a los ojos a estos protagonistas del narco en México?
— Cuando estaba escribiendo El traidor, no sabía si estaba haciendo lo correcto o no. Fue la primera vez que en un libro me pongo a mí, como una especie de testigo silencioso de lo que estaba pasando y y cómo narrarlo. Expongo cómo fui acercándome, viviendo y recibiendo esa información, porque fue de las manos de los grandes capos que nadie conocía.
Tuve que pelearme conmigo misma como periodista, el decir: “¿Los publico, pero si publico los nombres y se escapan?”. Por otro lado, el abogado me dijo: “Le estoy compartiendo la información, pero en este momento usted no puede publicar nada porque pone en peligro mi vida. Puede publicarlo (…), yo tengo cáncer y me voy a morir, así que puede publicarlo después de que haya muerto”.
¿Qué te genera saber que El traidor ya fue leído por los principales personajes del narco y la política?
— Este libro nació en enero de 2011, cuando Vicente Zambada Niebla, que en ese momento estaba encarcelado en Chicago llama a su abogado y le pide que se reúna conmigo. Es así como después de cinco años de reuniones cotidianas y constantes con el abogado del Vicentillo, el señor Fernando Gaxiola decidió entregarme información secreta y diarios escritos por Vicente Zambada desde la prisión.
El hijo habla de sus vida, de las operaciones del Cártel de Sinaloa , los principales cómplices de sus papá -dentro y fuera del gobierno- tomando en cuenta que su padre Ismael Mayo Zambada es y ha sido el principal capo de México en los últimos 50 años, incluso por encima de Amado Carrillo Fuentes.
La portada es un dibujo de Vicentillo y saber que entre todos los WhatsAap y chats entre los narco juniors en Culiacán, la portada de este libro circula entre ellos con una serie de comentarios, eso es inquietante. Lo que sé, es que este libro ya llegó a manos del Mayo Zambada.
¿Cómo mantenerse fuerte ante el momento que viven los periodistas en México?
— Me parece importante decir cómo se esta reporteando este tipo de temas, porque creo que así la ciudadanía puede entender mejor, no sólo el trabajo de Anabel Hernández que puede ser algo secundario, sino cómo vivimos cientos de periodistas en México que tenemos que estar lidiando con este tipo de información todos los días.
Al final, siempre privilegiamos el derecho de la gente a saber -a veces- por encima de nuestra propia seguridad personal. Mi caso refleja el caso de muchos otros que están y otros que ya no están, en su su búsqueda cotidiana por la verdad, para que la gente sepa qué es los que está pasando en México respecto a ese gran problema que es el narcotráfico en México.
Hay muchos periodista en México que ponemos en riesgo nuestra vida para que esto no sea así, y para que la transparencia pueda ayudar a estás problemáticas tan complejas como la corrupción y el narcotráfico en México. Este libro de investigación (El traidor) rompe justamente estos falsos mitos e idealizaciones, para poner a cada quien en su lugar.
En sus palabras
“Es mi poder de periodista que estos hombres que han acumulado tanto poder, dentro y fuera de la legalidad, tienen que rendir cuentas. Tengo la hipótesis que no hay crimen perfecto”.
Estereotipos en las series
“Poner a estos narcotraficantes como guapos y sexys cuando la verdad, la gran mayoría no lo es, porque conquistadores y seductores no son. No puede decirse que sean Don Juan, sino generan una violencia constante contra las mujeres en el mundo del narco, que de sexy y romántico no tienen nada como lo dibujan las series de televisión, que sólo están propiciando una serie de violencia y de estereotipos contra la mujer mexicana, que tanto nos cuesta trabajo lidiar todos los días con eso. A veces hasta se enamoran, esa es la distorsión total de la realidad”, dijo Anabel Hernández.
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