Irene Azuela es una actriz muy inquieta. Sus proyectos en cine, teatro y televisión son continuos, como el más reciente con la serie de Monarca que produce Salma Hayek.
La actriz mexicana vive como la gran parte de los mexicanos, la consecuencia de la pandemia y vive el aislamiento social desde su casa en la Ciudad de México. Como toda mamá el mayor reto es generar actividades para su hija y eso la empujó a desarrollar habilidades manuales y creativas para hacer el tiempo más llevadero.
«Nunca hice ninguna de las manualidades que Cositas enseñaba en su programa. Y ahora pienso que Pinterest le ha de haber dado en la madre a su carrera. ¡O no! porque Pinterest es un engaño. Nunca me ha salido nada igual a las imágenes que esa app ofrece. ¡Total!, lo que se ejercita acá es la atención y la paciencia, dada la falta de talento y la necesidad de entretener a los chamaques», compartió la actriz en sus redes sociales.
Ella, su hija Juliana y su esposo Quique (Café Tacuba) se encuentran en casa y a través de sus redes sociales han compartido cómo viven esta cuarentena, sobre todo la manera de mantener ocupada a la pequeña.
«No empiecen con que ‘para qué sirven’, porque una hora de entretenimiento es un gran objetivo… Ya muchos lo postearon. Ya muchos lo dijeron: si nos quedamos en casa bajamos la propagación del Covid19. ¿Quien le entra? ¿Quién puede? Órele, anímese, decídase! ¡quédese en su casa! O en su defecto: salga lo menos que pueda».
Irene Azuela expone otra faceta que ha desarrollado, la de una experta en manualidades y juegos que comparte con otros padres diversas formas de entretener a los pequeños.
«Hoy en Irene Cositas tocó hacer una memoria. O un memorama como dicen estos chamacos».
La actriz confesó que no ha sido fácil pero está dispuesta a aprender para desarrollar la creatividad y combatir el ocio. Desde la animación, títeres, juegos de mesa, creación de figuras hasta juegos tradicionales es lo que ha mostrado en su día a día.
La también activista lleva el conteo de sus días en casa, que ya van para 29.
«A éstas también les tocó cloro pero no por el Covid, si no por el perro que las meó. ¿No andan así como agüitados hoy?».
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