Cuando arrancó la cuarentena por coronavirus en España, los reyes de esta nación, Felipe VI y Letizia, se confinaron junto a sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, en su acomodada vivienda tradicional situada en el complejo de la Zarzuela.
Aunque la familia real española se le caracteriza por su hermetismo en sus asuntos personales, la residencia oficial de los actuales monarcas, también conocida como el Pabellón del Príncipe, ha sido expuesta al público en varias oportunidades desde su inauguración.
El rey Felipe se instaló siendo soltero a este palacete en el año 2002 luego de participar activamente en su construcción y decoración. Solo dos años más tarde, residiría en esta locación como hombre recién casado junto a su esposa, Letizia.
Desde entonces, don Felipe construyó su vida bajo aquel techo, ubicada a un kilómetro del palacio de la Zarzuela, donde sus hijas han crecido. De hecho, cuando fue proclamado rey 10 años después de su matrimonio, prefirió quedarse habitando su refugio en lugar de mudarse al residencia oficial y hogar de los reyes eméritos, don Juan Carlos y doña Sofía.
Así es por dentro el «Pabellón del Príncipe», la casa de Felipe y Letizia
La “sencillita” morada de Felipe y Letizia tiene cerca de 1.800 metros cuadrados útiles que están divididos en cuatro plantas: semisótano, planta baja, primera planta y buhardilla, señaló The Huffington Post. Su construcción, obra del arquitecto del Estado Manuel del Río, tomó alrededor de dos años y su costo total fue de 4.237.150 euros.
Unos días antes de mudarse, en junio de 2002, el entonces príncipe heredero abrió las puertas de su “pabellón” por primera vez a un grupo de periodistas para exhibir cada rincón de su casa.
De acuerdo a la crónica de El País sobre la visita, el hogar tiene una arquitectura rural castellana y un estilo similar a otros edificios del Patrimonio Nacional junto a los toques aportados por Felipe.
“Desde el hall se accede al despacho de don Felipe, al de su ayudante, a una sala de espera para visitas, a la biblioteca, a un comedor oficial y a una parte más privada donde se encuentra una sala de estar comedor, una habitación con aseo y una cocina con office”, describió el medio.
“Del hall también parte una escalera de madera y hierro que lleva a la primera planta, donde se encuentra el dormitorio del príncipe, que se completa con dos vestidores y dos cuartos de baño. En esa zona también hay tres dormitorios con dos baños y un aseo, además de un despacho y un antedespacho”, se añadió en el texto.
Asimismo, se detalló que en el semisótano se encuentra ubicada la cocina principal, recepciones, cuatro dormitorios con cuartos de baño integrado, un comedor y una sala de estar para el personal. Igualmente, hay una gran buhardilla que en ese momento estaba vacía, pero que Felipe de Borbón deseaba acondicionar para instalar un gimnasio.
En cuanto a la habitación principal, el diario El Mundo divulgó un plano del domicilio de los reyes en el que se explicaba que la “zona de su alteza real”, en la primera planta, constaba de 110 metros cuadrados distribuidos entre dos dormitorios, dos vestidores, dos baños y una sala de estar con chimenea.
No fue hasta 2018 que nuevamente se permitió que las cámaras entraran en este hogar con motivo del 50 cumpleaños del rey. En ese momento, la Casa Real compartió con el público una serie de videos e imágenes que retrataban a los royals en su vida cotidiana y en las que quedaron al descubierto sus espacios privados.
Elementos decorativos y color
Debido a que la construcción es propiedad del Patrimonio Nacional, los gustos de Felipe se entremezclaron con objetos y detalles que aportaran carácter oficial al lugar. Por ello, se podrán hallar elementos pertenecientes al patrimonio como un tapiz del siglo XVII, proveniente del Palacio del Pardo, en la entrada.
De igual forma, el rey quería que su mansión estuviera inundada de luz natural, por lo que se colocaron grandes ventanales que ofrecen una gran vista panorámica. Algunos de estos se destacaron en los videos familiares de 2018, cuando Felipe, Letizia y sus hijas disfrutaron de una sopa en el almuerzo.
Una parte de los muebles y las sillas y mesa del comedor son heredados de los abuelos paternos de Felipe, los condes de Barcelona.
Según Marie Claire, al mudarse, la reina Letizia también aportó su toque a los espacios de esta casa con artículos que tenía en su antigua vivienda, actualizó su despacho e incluso remodeló su vestidor.
En cuanto al color, El País señaló en 2002 que había una variedad de tonos como verde claro en la biblioteca y rojo para el despacho, donde también cuelga un retrato de don Juan Carlos hecho por Hernán Cortés.
En esta recámara además hay un cuadro de Rafael Canogar frente a un grabado de Eduardo Chillida. Por otro lado, en el salón principal yace un retrato de Alfonso XIII; mientras, en la biblioteca cuelga un cuadro de la reina Sofía, pintado por Alcaraz.
También tienen un gran jardín donde la familia se retrató por el cumpleaños 40 de Letizia, informó El Mundo. En esa ocasión se pudieron ver sus muebles y algunos columpios de madera.
En la parte trasera de la casa se impone igualmente una gran piscina de 180 metros cuadrados.
Intacta desde casi dos décadas
Tras la divulgación de los videos familiares hace un par de años, la diseñadora de interiores Patricia Sanchiz Castañé, quien se desempeñó como decoradora del pequeño palacio, afirmó a la revista Vanity Fair que todo en el lugar estaba igual a como lo dejaron en 2002.
“He visto los vídeos del 50 cumpleaños del rey y me complace decir que todo sigue tal como lo dejé. La casa está igual”, destacó. “Para decorar la vivienda se invitó a los interioristas españoles a que participasen en un concurso. A Patrimonio Nacional y al príncipe les gustaron los proyectos de Francisco Muñoz y el mío. Así que Paco se ocupó de la planta superior, donde están los dormitorios y salas de uso privado del rey, y yo de la planta oficial, la de recibir”.
Sanchiz Castañé también reiteró que todas las decisiones se tomaban de manera “consensuada” con el entonces heredero.
“Él quería una casa adaptada a su vida personal y a su función. Se implicó en todo. Don Juan Carlos y doña Sofía no intervinieron, yo siempre trabajé a solas con don Felipe, que tiene muy buen gusto y ojo para la decoración”, contó a la revista la interiorista.
