A principios del milenio, en medio del auge de las telenovelas infantiles de Televisa, aterrizó en la pantalla chica mexicana el inolvidable melodrama De pocas, pocas pulgas, una historia producida por MaPat López en 2003 que contó con la actuación del gran Ignacio López Tarso y el par de promesas infantiles actorales Natasha Dupeyrón y Santiago Mirabent en los roles protagónicos.
A pesar de que se trataba de una adaptación de El abuelo y yo, la telenovela acaparó con gran éxito la atención del público y se ganó su corazón con las entrañables vivencias de ‘Danilo Fernández’, un niño huérfano, humilde y optimista que trabaja arduamente para obtener sustento para él y su perro, ‘Tomás’.
Como recordaremos, por azares del destino, en su camino por la vida llega a conocer a ‘Don Julián’, un hombre mayor que le brinda apoyo en sus aventuras con la pequeña ‘Alejandra Lastra’, una niña rica con la que forja una invaluable amistad pese a que pertenecen a distintas clases.
En este proyecto, mientras don López Tarso se encargó de darle vida al abuelo y Dupeyrón a ‘Alex’, el joven Mirabent fue quien personificó al protagonista de la novela, conquistando a millones de televidentes alrededor del mundo con el talento innato para la actuación que demostró en la piel de ‘Danilo’ con apenas 13 años de edad.
Sin embargo, a casi dos décadas del estreno teledrama, no se ha vuelto a saber nada del jovencito que con sus dotes artísticas, lindo rostro y rizos enterneció a los espectadores de De pocas, pocas pulgas, quienes esperaban verlo consagrarse como una gran luminaria de la televisión mexicana en su adultez. Descubre qué pasó con este actor y cómo luce actualmente.
Así es la vida hoy del tierno protagonista de De pocas, pocas pulgas
Santiago Mirabent Montaño se sintió atraído por las artes escénicas desde temprana edad, razón por la cual comenzó a tomar clases de actuación siendo muy pequeño. Fue gracias a esta formación que el jovencito nacido en México en el año 1989 se ganó su primer papel en la telenovela De pocas, pocas pulgas, debutando en la televisión nacional con un protagónico.
Tras brillar con su personificación de ‘Danilo’, los espectadores le auguraban un gran futuro en el medio artístico. Y, de hecho, luego de estrenarse en la pantalla chica, de inmediato consiguió otro papel en el melodrama Piel de otoño; sin embargo, hasta esta producción llegó su carrera, pues se retiró para siempre de la televisión después de participar en esta telenovela.
En los últimos 17 años, Mirabent no ha estado más involucrado con el mundo del espectáculo, pero aún guarda con mucho cariño esta especial etapa de su vida e incluso recuerda cómo se sintió al haberse ganado el papel principal de De pocas, pocas pulgas siendo un novato en el medio.
“Fue una gran sorpresa para mí. Nunca había hecho nada profesional y poder tener la oportunidad de hacer un protagónico después de haberlo deseado tanto fue hasta ese momento lo mejor que me había pasado en mi vida”, contó sobre la llegada de este personaje a su vida en una entrevista hace más de un año a People En Español.
En la conversación con esta revista, Santiago recordó que la fama siendo un preadolescente le “cayó como balde de agua fría” y confesó que tuvo algunos problemas de actitud.
“Uno no está acostumbrado a la fama y menos a los 13 años. He de confesar que me volví un poco pesado. Fue tan rápida la fama que no sabía ni cómo manejarla. Pero agradezco a todos los que estuvieron ahí conmigo”, admitió el histrión, quien no mantiene contacto con el resto de los miembros del reparto de De pocas, pocas pulgas.
Sobre el motivo para retirarse tan temprano del medio y abandonar su prometedora carrera, el exactor explicó que el panorama para él como actor se volvió “complicado” tras la disolución de Televisa Niños.
“Fue un momento complicado, quitaron Televisa Niños y era muy complicado obtener un papel teniendo la edad que tenía, ya que aún no podías estar en las novelas de adolescentes. Y después me dediqué a los estudios y mi carrera”, develó.
Es así que el eterno ‘Danilo’ de De pocas, pocas pulgas se avocó a estudiar hasta titularse como Arquitecto de interiores egresado del Centro de diseño, cine y televisión. Para esta carrera, también ha demostrado tener talento y así lo comprueba el éxito de su propio despacho de interiorismo “Garage Interiorismo y diseño”, el cual abrió hace seis años y al que hoy por hoy le dedica todos sus esfuerzos.
Mirabent asegura que se siente “muy contento” con su vida actual. “Me gusta viajar mucho, tengo dos perros que los amo. Y disfruto con mis amigos y familia”, aseveró. No obstante, a 17 años de haber protagonizado su primera novela, ese deseo por estar en un foro frente a las cámaras no ha muerto dentro de él y no se cierra a la idea de volver a la actuación.
“No, nunca la voy a cerrar, es algo que siempre me ha gustado y si se da la oportunidad habrá que analizar en qué momento de mi vida estoy y de qué se trata el proyecto. Pero definitivamente es una parte importante en mi vida que no se puede dejar de olvidar”, sentenció.
A través de su cuenta en Instagram, donde cuenta con más 9,000 seguidores, Santiago Mirabent se mantiene en contacto con el público que todavía lo recuerda por su trabajo en De pocas, pocas pulgas y les comparte vistazos de su vida privada, como los momentos que comparte con sus amigos y familiares; las actividades que hace con sus mascotas y los viajes que disfruta hacer por el mundo.
La exestrella ha tenido la dicha de viajar a lugares como Vietnam, Inglaterra y varias ciudades de los Estados Unidos. Igualmente, exhibe aspectos de su actual carrera publicando imágenes de diferentes lugares espectacularmente diseñados, probablemente como parte de su catálogo en redes como arquitecto.
Asimismo, el profesional de 31 años también disfruta alardear su actual buen aspecto con numerosas postales en la red social.
Y, por supuesto, continuamente muestra con gran amor su especial etapa como actor infantil compartiendo fotos de este periodo de su vida. Curiosamente, hace un par de años, se reencontró con el primer actor Ignacio López Tarso, con quien no perdió la oportunidad de inmortalizarse en un retrato entrañable a más de tres lustros de ser “abuelo” y “nieto” en De pocas, pocas pulgas.