En toda historia siempre cuentan los buenos y los no tanto. En el caso de las telenovelas el papel antagónico puede llegar a ser tan importante como el estelar, y por ello el público siempre espera ver las actuaciones de los peores villanos.
«Agujetas de color de rosa» fue una telenovela juvenil de la década de los noventa centrada en el amor de una pareja de adolescentes, llena de magia y mucho música, pero que también incluyó a varios actores antagonistas entre los se destacó la talentosa Gabriela Hassel.
No pocos recordarán su papel como Vanessa del Moral, quien hizo lo imposible para desplazar a «Paola» (Natalia Esperón). También se caracterizó por su carácter dramático, incluso intentar suicidarse, fingir los desmayos, hasta finalmente morir.
Gabriela Hassel dio vida a esta particular villana. La mexicana inició su carrera siendo apena una niña y principalmente en el cine. Luego dio un salto a la televisión con producciones como «Simplemente María» y «La sonrisa del diablo».
«Qué tiempos aquellos, de verdad, fui muy feliz en esa época. Me recuerdo de Agujetas de color de rosa, fue una novela muy divertida de grabar. En ese entonces me encantaba patinar en hielo», dijo a Intrusos recordando una de las habilidades de su personaje y aludiendo a su amistad con Natalia Esperón.
Hassel realizó luego varios proyectos en televisión hasta hace algunos años cuando le vio en la serie «Un día cualquiera» de TV Azteca. Cada episodio abordaba una historia como la infelicidad en los matrimonios, los suicidios e incluso la obsesión por comer carne.
«La verdad nunca me interesó el estrellato. Claro que quería que tuviera éxito la telenovela o que gustara el personaje, pero considerarme una estrella o algo así jamás. Yo estaba muy orgullosa de ser actriz y de estar haciendo lo que quería y tener trabajo», dijo a Intrusos en 2018.
La mexicana consolidó una familia luego de contraer matrimonio.. Se convirtió en madre de dos niñas y desde entonces se ha dedicado a su crianza.
«Mi familia siempre ha sido mi prioridad. Sí tuve que empezar a escoger proyectos que no fueran tan comprometedores de tiempo, la verdad que el mejor papel de mi vida es de mamá. Siempre he estado muy cerca de mis hijas y de mi esposo».
Un éxito en pantalla
«Agujetas de color de rosa» fue una de las telenovelas juveniles más exitosas de la década de los noventa. Sus protagonistas, Natalia Esperón y Flavio César, se convirtieron en ídolos de esa generación que suspiraba con aquella historia de amor.
Muchos de sus actores se mantienen en las pantallas pero otros decidieron alejarse de los reflectores. Flavio César, por ejemplo, quien se dio a conocer a través de la música, se retiró de la actuación para dedicarse a convertirse al cristianismo y pastor. Actualmente tiene 48 años.
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