La exitosa telenovela Pasión de gavilanes estuvo colmada de personajes inolvidables que sazonaron las excitantes tramas protagonizadas con maestría por Mario Cimarro, Danna García, Paola Rey, Juan Alfonso Baptista, Michel Brown y Natasha Klauss. No obstante, uno de los más entrañables y memorables, sin duda alguna, es el divertido abuelo ‘Martín Acevedo’.
En la ficción de Telemundo transmitida entre los años 2003 y 2004, el patriarca de la familia materna de las hermanas ‘Elizondo’ se robó por completo el corazón del público al aportar humor y ligereza al melodrama con sus ocurrencias, carácter simpático y las cómicas frases que repetía a lo largo del trama, como “las pelotas del marrano”, que permanecen vigentes en las memorias de los espectadores.
Este afable militar retirado y paralítico fue personificado de manera extraordinaria por el cubano Jorge Cao, quien además del cariño de los televidentes, ganó varios premios por su interpretación de ‘don Martín’ luego de haber encarnado a un temible villano en su telenovela anterior, La venganza (2002), demostrando una gran versatilidad.
La vida del abuelo ‘Martín’ tras Pasión de gavilanes
Desde entonces han pasado casi 18 años, pero Cao ha continuado desempeñándose como actor de manera imparable con participaciones en decenas de producciones para el cine y televisión en Colombia, país que lo adoptó a finales del siglo pasado.
Te voy a enseñar a querer (2004-2005), Amores de Mercado (2006-2007), El Zorro: la espada y la rosa (2007), El último matrimonio feliz (2008-2009), A corazón abierto (2010-2011), ¿Quién eres tú? (2012-2013) y Secretos del paraíso (2014-2015) han sido algunas de las producciones televisivas en las que ha participado el multigalardonado actor los últimos años.
Su último trabajo en la televisión fue en la exitosísima telenovela de RCN La ley del corazón, donde encarnó a ‘Alonso Olarte’ desde 2016 hasta 2019.
‘Don Martín Acevedo’ en la actualidad
A sus 77 años, el eterno abuelo ‘don Martín’ todavía conserva un gran vigor y pasión por la actuación que le permitirían volver a los escenarios en cualquier segundo, pero debido al brote de coronavirus que forzó, entre otras medidas, la paralización de las actividades relacionadas a la industria del entretenimiento, no cree que esto vaya a suceder en el futuro cercano.
Por esta razón, durante toda la época del confinamiento, el histrión nacionalizado colombiano se ha abocado a descubrir las redes sociales y la tecnología en general para comprender su funcionamiento pues está consciente que la interacción seguirá siendo virtual por un rato más.
“Estoy en la búsqueda de cómo expresarnos a través de las redes porque por ahora sé que no regresaremos a la televisión ni al teatro”, contó el año pasado en una entrevista a El Universal de Colombia.
De esta manera, Cao se ha mantenido ocupado entre los quehaceres del hogar que comparte con su esposa, sus labores intelectuales y las actividades que realiza a través de plataformas como Instagram.
En esta red social, donde cuenta con más de 250 mil seguidores, ha celebrado recitales de poesía en tiempo real con miles de conectados y frecuentemente comparte lecturas, fotos de sus proyectos pasados y también algunas instantáneas de su vida actual, donde demuestra que luce más vigoroso que nunca. De igual forma, el profesor de actuación se ha sumergido en las aguas del teatro virtual.
De acuerdo a Las 2 orillas, económicamente la pandemia ha sido fuerte para él pues no posee ninguna otra entrada de ingresos aparte de su trabajo como actor y docente; no obstante, demuestra siempre un buen semblante y optimismo ante sus seguidores.
Su pugnada llegada a Pasión de gavilanes
Al presente, el célebre intérprete además continúa atesorando solo los mejores recuerdos del icónico abuelo de las ‘Elizondo’, un personaje que fue una de las mayores bendiciones en su carrera pero también representó un reto actoral por el que tuvo que luchar pues la producción de Pasión de gavilanes no quería darle el papel.
“No me querían dar el papel porque yo venía de otro tipo de personajes con los que me había ido muy bien, por lo que las productoras tienden a encasillarte y se pierde la oportunidad de experimentar en cosas nuevas, sin embargo, después de tanto pedirlo me dieron la oportunidad de hacer casting y me lo gané”, contó en su plática al medio anteriormente citado sobre su consecución del rol que lo catapultó a la fama internacional y lo inmortalizó en la memoria del mundo.
“A partir de ahí cuando comencé hacer el análisis dramático me di cuenta que Martín es una persona llena de sabiduría, de vida, se da cuenta de todo lo que pasa a su alrededor. Es ese abuelo que nos hace falta a todos y que se ha perdido su rol en las familias. Todo eso me apasionó”, reveló.
Después de semanas de ensayos, comenzaron las grabaciones y, al finalmente ver su actuación en la pantalla, notó que inintencionadamente fusionó actitudes propias de dos de sus tíos abuelos.
Jorge Cao, el abuelo de las ‘Elizondo’ por siempre
Hoy en día no solo sigue presente en el corazón de la audiencia, también continúa muy agradecido por ‘don Martín’ y el cariño que el público le ha brindado desde que lo interpretó.
«Yo a veces me voy a montar en un taxi y me dicen ‘las pelotas del marrano’ o voy a un supermercado y alguien me habla de eso y todos los días recibo miles de mensajes de personas que están viendo esa serie todavía en el mundo, sobre todo en España, en el Cono Sur. Hay muchos países que la han repetido muchas veces por la televisión nacional y ahora se ve por Netflix. La novela sigue vigente en el mundo», contó el año pasado, de acuerdo a People En Español.
Empero, de las muchas vivencias que atesora de su experiencia en Pasión de gavilanes, el actor guarda en sus recuerdos especialmente una noche en la que el creador del teledrama, el escritor Julio Jiménez, lo llamó por teléfono para sermonearlo por una expresión que había utilizado para su interpretación que no se encontraba en el guion.
Una llamada para el recuerdo
«Había una escena en la que el abuelo ‘Martín’ estaba en la silla de ruedas en la puerta de la casa y la nieta, el personaje que hacía Danna, gritaba (porque) la estaban violando y el viejo llamó a los peones, nadie le hacía caso, (entonces) tira de la silla de ruedas y se va arrastrando por toda la escalera hasta subir y cuando yo estoy subiendo dije ‘malditas piernas”, narró, según la revista previamente mencionada.
“Salió al aire así y esa noche a las 11 entró una llamada telefónica. Era el maestro Julio Jiménez. Fue cordial, hablamos no sé qué, estaba muy satisfecho con mi trabajo pero me quería decir algo y me dijo ‘en mis novelas no se dice ‘malditas», contó el artista que no se molestó con la acotación, por el contrario, le pareció “genial”.
«Me pareció a mí genial que un escritor de su envergadura, que para mí es el más grande escritor de telenovelas de América Latina, noche por noche viera lo que sus actores estaban haciendo con el personaje que él les había escrito», concluyó.
