Victoria Ruffo está consolidada como la auténtica «Reina de las telenovelas» desde hace años y de eso no hay duda ni discusión. Con más de tres décadas de notable trayectoria artística a sus espaldas, la actriz ha logrado más que ninguna otra meterse en la piel de un sinnúmero personajes protagónicos inolvidables con los que ha demostrado su talento y se ha clavado profundamente en el corazón de los espectadores.
Desde su debut como protagonista en La fiera (1983), la intérprete ha estado imparable dando vida a un papel principal tras otro en proyectos emblemáticos de la televisión mexicana, como Juana Iris (1985), Simplemente María (1989-1990), Abrázame muy fuerte (2000-2001), La madrastra (2005), Corona de lágrimas (2012-2013) y muchos otros más, que arrasaron en los niveles de audiencia dentro y fuera de México.
No obstante, hay una particularidad en la lustre carrera de Ruffo que salta a la vista y es que no interpreta roles antagónicos. De acuerdo a Yahoo Noticias, pese a ser una versátil, talentosa y entregada, la histrionisa no acepta los papeles de villana cuando se los proponen, tampoco los busca y muchos menos los pide.
Y la razón por la que no anhela explorar esa faceta actoral se encuentra en algunos eventos de su pasado, más concretamente, a comienzos de su carrera en la década de los 80 cuando dio vida por primera y única vez a una villana.
La experiencia que alejó a Victoria Ruffo de los papeles antagónicos
María Victoria Eugenia Guadalupe Martínez del Río Moreno-Ruffo —su nombre completo— dio sus primeros pasos en la televisión cuando todavía estudiaba actuación como parte de la primera generación del Centro de Educación Artística de Televisa (CEA).
En aquella época, los estudiantes que se preparaban para comenzar sus carreras en la pantalla chica tenían pequeñas participaciones en las producciones de la empresa para comenzar a adiestrarse y exponerse ante las audiencias.
De esta manera fue que “Vicky”, como la llaman sus allegados, debutó en las telenovelas en 1980 encarnado a la joven ‘Rosario Reyes’ en Conflictos de un médico. Tras su estreno, prosiguió dando vida a jovencitas inocentes en Al rojo vivo (1980-1981) y Quiéreme siempre (1981-1982).
Sin embargo, en 1982, asumió un reto en su naciente carrera que cambiaría su rumbo: aceptar el papel de ‘Grisel’, una muchacha malvada y amoral, en la telenovela En busca del paraíso.
Esta producción de Ernesto Alonso para Televisa, que Maricruz Olivier, el español Juan Luis Galiardo y David Reynoso protagonizaron, narraba la vida de ‘Patricia Dumont’ (Olivier), una famosa exactriz y directora de una academia de arte que se alejó de los reflectores y los escenarios tras una tragedia.
En la ficción, la protagonista tenía dos pretendientes, un divorciado y un supuesto viudo —su esposa estaba viva pero enloquecida—. Victoria Ruffo encarnaba a la hija del viudo, una joven maniobrada por su maligna madre y que de paso contendía con ‘Dumont’ por el amor del hombre divorciado.
La única villana a la que dio vida Victoria Ruffo
En personaje, la estrella se veía espléndida y su interpretación fue tan extraordinaria como siempre, pero para ella ponerse en los zapatos de ‘Grisel’ fue sumamente difícil. «Me costaba mucho hacer esas… maldades«, reveló años más tarde a la revista TVyNovelas, según recogió Yahoo Noticias.
«Yo no soy una santa y tengo mi carácter, pero esa muchacha era tremenda. Le daba cachetadas a todo el mundo y eso a mí no se me da, entonces el maestro Saldaña (el director) me las tenía que marcar. Y Maricruz una vez me dijo: ‘si me vas a abofetear, hazlo bien. Dámela bien dada. No te cortes’. Y yo, ‘Ay no, cómo crees, qué pena, no’, y ella era muy profesional y me obligó a darle la cachetada y yo me sentí pésimo, aunque la escena quedó muy bien«.
Pero si dar vida a una antagonista la hizo sentir mal en los foros, mucho peor se sintió la entonces jovencísima actriz cuando se encontró con el público en la calle y experimentó en carne viva lo que se paga entre los televidentes por hacer villanías en la ficción.
Según el medio, a cualquier lugar al que Victoria iba la miraban feo, le expresaban cosas e incluso hasta la sermoneaban.
«Fue un agobio. Señoras venían y me regañaban por ser tan mala. Que cómo me atrevía. Y yo trataba de explicar que yo no era mi personaje y que yo no era así, pero lo mismo, la impresión que generan los villanos es muy fuerte«, destacó.
Nunca más
La experiencia de traer a la vida a ‘Grisel’ fue tan terrible para ella que desde entonces no volvió a encarnar a una villana como sí lo han hecho otras grandes protagonistas de melodramas.
De hecho, de acuerdo al medio previamente citado, cuidó mucho el actuar prepotente de su personaje en Triunfo del amor (2010-2011), donde inicialmente es una mujer dura y amargada a raíz de una desgracia.
En conclusión, más allá del desafío actoral que representa, el cual podría dominar a la perfección, fue con el fin de cuidar su imagen y no volver a enfrentarse a aquel rechazo de los telespectadores el porqué la luminaria de hoy 58 años no volvió a ser nunca más la “mala” en la pequeña pantalla.
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