Hablar de Diana Bracho es hablar de una de las más grandes y talentosas actrices que ha tenido México. Su nombre es sinónimo de caracterización impecable, entrega y pasión por la actuación, cualidades que ha demostrado de manera incansable tanto en el cine, como en el teatro y la televisión durante casi cinco décadas.
Como hija del actor y director de cine Julio Bracho y de la bailarina Diana Bordes parecía predestinada a ser una ovacionada actriz. Se crió en un ambiente que frecuentaban las personalidades culturales del país e incluso tuvo su estreno como actriz infantil a los 5 años en una de las películas de su padre: San Felipe de Jesús (1949).
No obstante, aunque después tuvo una participación en otro filme de su progenitor, Inmaculada (1950), Diana no continuó desarrollando una carrera actoral en sus primeros años de vida.
Durante su juventud, descubrió su pasión por las letras y decidió formarse para convertirse en una gran escritora, alejándose más de los foros de grabación; sin embargo, la actuación la sorprendió en el camino y cambió sus planes.
“Yo deseaba ser escritora, la actuación se atravesó en mi vida. Mi padre no quería que me dedicara a eso, además era tímida. Fui a Nueva York a estudiar Filosofía y Filología Inglesa y solo me di cuenta de que deseaba ser actriz cuando de vuelta en México y ya licenciada un amigo me animó a actuar”, confesó en entrevista a Diez Minutos.
Tras esta epifanía, comenzó a prepararse artísticamente para la construcción de la notable trayectoria por la que es reconocida hoy. Su debut actoral como adulta lo tuvo en el cine con un papel El castillo de la pureza (1972), una aclamada cinta mexicana dirigida por Arturo Ripstein con la que fulguró pues su trabajo la hizo merecedora de sus primeros reconocimientos, como el premio Ariel.
“(Llegué a la televisión) un año después y por sorpresa, mi vida ha sido así siempre. Grabé Mi primer amor producida por Antulio Jiménez Pons”, recordó a la revista.
El aspecto de Diana Bracho en Mi primer amor
Mi primer amor es una telenovela bajo la producción de Jiménez Pons para Televisa en 1973. Los actores Raúl Ramírez y Sonia Furió se encargaron de llevar los papeles protagónicos mientras María Douglas se metió en la piel de la antagonista.
Con tan 29 años de edad, Diana Bracho se estrenó en los melodramas como parte del elenco de esta trama dando vida a ‘Elena’, un rol que si bien fue secundario, le permitió dar sus primeros pasos en la televisión, donde ha destacado desde entonces.
El melodrama, adaptación de la brasileña O primeiro amor (1972), narraba la historia de ‘Gerardo’, un atractivo profesor, viudo y padre de cuatro, que arriba a la capital para asumir la dirección de un colegio. En el plantel se reencuentra con ‘María del Carmen’, su amor de juventud y entonces encargada de la escuela, quien se propone como meta reconquistarlo.
Mientras resuelve los problemas administrativos en los que se encuentra la institución, ‘Gerardo’ contrata a una joven llamada ‘Paula’ para que se desempeñe como institutriz de sus hijos. Desde el comienzo siente una gran simpatía por ella, pero poco a poco esta termina convirtiéndose en amor.
El sentimiento será recíproco pero vivir su amor a plenitud no será tan fácil pues ‘María del Carmen’ orquestará toda clase de artificios para no perderlo. Asimismo, la pareja se enfrentarán a la oposición de ‘Baby’, la hija mayor de ‘Gerardo’, quien no acepta la relación.
¿Qué pasó con Diana Bracho tras su debut en las telenovelas?
Inmediatamente tras su participación en esta historia hace 48 años, Bracho protagonizó la adaptación televisiva de la novela Los miserables junto a Sergio Bustamante. A posteriori, se dedicó varios años a foguearse más como intérprete con estudios en Inglaterra al mismo tiempo que continuaba ejerciendo actoralmente en el séptimo arte.
En 1979, regresó a la pantalla chica con actuaciones en un par de telenovelas y a partir de entonces ha permanecido presente en la TV. Simultáneamente, ha estado abarcando un amplio número de producciones en el cine y las tablas, incluso ha demostrado su talento para la danza y ha otras facetas menos conocidas, como la de redacción de poesías.
Cuna de lobos (1986-1987), Pasión y poder (1988), Cadenas de amargura (1991), El derecho de nacer (2001), Bajo la misma piel (2003-2004), Heridas de amor (2006), Fuego en la sangre (2008), El hotel de los secretos (2016) y Mi marido tiene familia (2017-2019) son algunas de las novelas que forman parte de su ilustre carrera libre de escándalos, misma que ha llevado a la par de su vida personal como mujer, madre y abuela.
Diana Bracho cautiva al presente en ¿Qué le pasa a mi familia?
Con 76 años, Diana Bracho sigue más vigente que nunca e ilusionada con cada nuevo personaje con calidad dramática que la sorprende con una invitación a interpretarlo. Y es que ha confesado en entrevistas que el grado de participación de un papel en una historia o sus valores morales no es determinante para que le resulte atractivo, sino lo que le permite explorar como actriz.
El proyecto que ahora la tiene contenta es ¿Qué le pasa a mi familia?, una producción de Juan Osorio para Televisa donde encarna a la virtuosa ‘doña Luz Rueda’, una madre soltera, abnegada y sufrida que ha dedicado su vida a la crianza de sus tres hijos, pero estos no la valoran.
Con este rol, el cual reveló en una oportunidad ha representado un gran reto para ella, la respetada y querida primera actriz se está clavando todavía más profundo en los corazones de la audiencia mexicana que cada noche se estremece con su personificación en el dramático.
“Luz es un personaje maravilloso, poco usual en la televisión, pero que, de alguna manera, representa a todas las mujeres de nuestro país, sobre todo a las madres; es una mujer tierna, luchona, clara, sincera, con una fuerza muy especial, trabaja haciendo pollos rostizados para mantener a su familia… ¡Estoy feliz con este proyecto!”, expresó en una charla a TVyNovelas.
No te pierdas a legendaria histrionisa encarnar a ‘doña Luz’ en los nuevos episodios de ¿Qué le pasa a mi familia? de lunes a viernes a las 8:30 de la noche por Las Estrellas.
