El amor puede nacer bajo muchas circunstancias, desde un encuentro en la banca de un parque hasta por amigos en común con otras personas. Pero a veces, más allá de los lugares y los amigos mutuos, hay veces que que no se ve venir como el caso de Julia y Miguel, una pareja cuya unión resultó por un tópico en común: la famosa telenovela colombiana Yo Soy Betty, la Fea.
Existen muchas historias románticas sobre cómo un interés mutuo terminó uniendo a dos personas como por ejemplo dos fanáticos de un mismo equipo deportivo o dos personas que se conocen en el cine viendo la misma película. Sin embargo, el motivo de la unión de Julia y Miguel fue más por oportunidad que por compartir la misma afición.
La unión de una pareja gracias a “Yo Soy Betty, la Fea”
Todo comienza en 2013, cuando la geóloga peruana Julia Gutierrez emprende un viaje hasta Bogotá, Colombia, por un trabajo de pasantías que estaba realizando, pero que casualmente era un destino que deseaba visitar gracias a la afición tan grande que sentía por la famosa telenovela creada por Fernando Gaitán.
Según reseña el portal El Tiempo, Gutierrez viajó hasta tierras colombianas no solo para por trabajo sino también con la intención de conocer los sitios emblemáticos que aparecieron en Yo Soy Betty, la Fea, tales como la fachada de Ecomoda, la iglesia donde los protagonistas se casaron al final de la telenovela, y por supuesto la casa donde Betty vivió con sus padres.
Luego de buscar el domicilio a través de un mapa en Internet, Julia se hospeda en un hotel muy cerca de la residencia donde vivió Betty, y con permiso de los dueños del lugar, la peruana pudo sacar muchas fotografías. Como agradecimiento, ella les llevó un obsequio hasta su puerta, pero justo en ese momento Miguel Andrade, el hijo de los dueños de la casa quien regresaba de su trabajo, la vió en la puerta y fue amor a primera vista.
A partir de ese momento, Miguel y Julia se conocieron y tuvieron varias citas hasta que la geóloga tuvo que regresar a Perú. Pero eso no detuvo su amor ya que siguieron comunicados a través de Skype, y ambos se visitaron en sus respectivos países, consolidando así un compromiso más grande.
Finalmente, en junio de 2014, la pareja terminó haciendo oficial su compromiso al contraer nupcias en la iglesia Santa Teresita, precisamente la misma donde los personajes de Betty y don Armando tuvieron su respectiva ceremonia, el cual era uno de los sueños de la peruana.
La afición de Julia por Yo Soy Betty, la Fea
Al igual que con la producción original, la afición de Julia por Yo Soy Betty, la Fea se ha manifestado al punto de haber visto varias de las otras versiones que se han hecho en otras partes del mundo como “La Fea más Bella” de México o “Betty en NY” de Estados Unidos. Sin embargo, ella confiesa que no le gustaron tanto como la original ya que muestran a la protagonista “como una mujer torpe y tonta”.
La peruana también ha asistido a las funciones de la versión teatral y por supuesto también sigue a todos los actores de la producción original en las redes sociales.
Julia afirma que el personaje de Betty fue una inspiración para ella ya que “logró demostrar que una mujer sí es capaz de comerse el mundo con su inteligencia y sus capacidades; nos convenció de que podemos alcanzar una presidencia. Yo quiero ser la gerente de una empresa algún día; por eso me preparé como lo hizo Betty”.
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