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Friends: su legado cultural 27 años después

 Sus referencias y personajes trascendieron el espíritu pudiente y optimista de su tiempo, para trasladar, en últimas, esta cualidad a sus espectadores más jóvenes en tiempos más aciagos.

Luz Lancheros, MWN

Rachel, Ross, Phoebe, Joey, Mónica y Chandler siguen enamorando a varias generaciones de televidentes. Friends: su legado cultural 27 años después

Ellos y siguen conquistando con sus referencias y momentos cómicos, bastante audiencia como para seguir generando cifras millonarias.

Netflix pagó 30 millones de dólares por tenerla tres años y terminó pagando otros 100 millones al año solo por tenerla de nuevo.

Pero en 2020, pasó a HBO Max, canal donde se transmitirá su reunión este 27 de mayo, y que prueba cómo fue un escape en medio de un año tan complicado.

Friends: su legado cultural 27 años después

Porque fue un escape, porque ha sido un lugar de confort y un recuerdo de años más felices donde se creía en el sueño posible de jóvenes con medianos ingresos que disfrutaban de sus apartamentos en el Greenwich Village.

Que disfrutaban de su cafetería en el Central Park y donde convivían sus sueños y sus neurosis particulares.

Igualmente, compartían sus relaciones y evolución, lo que daba aún una enorme identificación entre el público. 

Vimos a Rachel pasar de ser una niñita rica que no se valía por sí misma a desarrollar una carrera en moda. También a Phoebe encontrar espacio para su excentricidad.

Preseciamos a Chandler romper sus traumas y tabúes al lado de Mónica, obsesiva por el orden. Ella tenía otros tantos.

Friends: su legado cultural 27 años después

Ross, monógamo serial, por fin entendió dónde estaba el amor, y nos reímos con los esfuerzos del sencillo (sobre todo de mente) Joey para tener una carrera actoral.

Tuvieron el tino de sobrevivir diez años, pasando el nuevo milenio. Pasaron por la serie sucesos como el 9-11.

También bordearon temas como el de la diversidad de familias, relaciones y opciones laborales con el tono de la época. Algunos con más elegancia, otros no.

Sus cameos fueron increíbles, también: Brad Pitt, Julia Roberts, Tom Selleck, Jean Claude Van Damme, Paul Rudd…

Todo el que era “alguien”.

Un A-List en Hollywood o un gran comediante, hizo de un amigo,  esposo, posible cita.

Una némesis o personaje casual en el universo de los seis amigos.

Friends: su legado cultural 27 años después

Esos que lidiaban con sus maneras de ser y con episodios memorables.

Podemos mencionar a un pavo de Acción de Gracias en la cabeza, Joey sobrevestido para volar.

Este también promocionando un labial azul metálico para hombres en Japón (Ichiban), por ejemplo.

O Phoebe cantando “Smelly Cat” en el Central Perk, o las obsesiones de Mónica, las relaciones fallidas de Rachel. Y por supuesto, todas las tonterías machistas de Ross, incluida su eterna indecisión.

(Sí, es memorable cuando en su segunda boda confunde el nombre de la novia por el de Rachel).

También hay que hablar del sarcasmo de Chandler y sus traumas paternos, sobre todo porque su padre se convirtió en una mujer trans y no había un solo actor decente trans en todo Hollywood que diera el ancho. 

Tanto así, que el papel se lo terminaron dando a la leyenda Kathleen Turner.

Y a ese punto vamos, porque “Friends” tampoco se ha salvado del revisionismo.

Y si bien, en conjunto son “adorables” y “ligeros” y por eso los sigue amando la gente, algunas particularidades no evolucionaron tan bien.

La problemática de “Friends”

En estos últimos años se han escrito varios think pieces al respecto de los estereotipos que reproducía la serie. Chistes homofóbicos y transfóbicos, a costa del padre de Chandler y la primera esposa de Ross, por ejemplo.

Matthew Perry incluso pidió que se archivara una escena en un bar gay que servía como gag para el personaje, solo porque comía buenos sándwichs ahí.

Chistes machistas a costa del niñero masculino al que Ross le temía (interpretado por la estrella adolescente de esos tiempos, Freddie Prinze Jr.).

Las minorías funcionaban solo como personajes ocasionales (memorable el episodio donde Rachel le hablaba a una mujer asiática y le decía “Bienvenida a nuestro país” y ella contestaba: “Soy de Nueva York”).

Y por supuesto, el machismo y sexismo eran normalizados.

Se veían “románticos” los gestos de acosador de Ross para Rachel, aunque él sí se podía permitir relaciones con alumnas, con familiares cercanas, mientras ella tenía que quedarse en su soltería y celibatos eternos.

Esto, incluso luego de tener una hija con él.

Y de hecho, el final es muy criticado porque ella dejó su trabajo soñado en París para estar con él, sin que este moviera un dedo.

Joey también hablaba de forma sexista de su compañera de apartamento ideal, por ejemplo, y el consentimiento no existía para los escritores. 

Sí, hubo muchos gags y diálogos, así como desarrollos de personaje que no evolucionaron bien.

Pero no se le puede pedir a Friends, 27 años después, cosas que no podía dar por ser mero producto de su tiempo.

Uno en el que miles de violencias estaban normalizadas bajo una visión cómica en una época donde ser blanco, de ingresos medios a altos y donde ser “promedio” era la fórmula del éxito para la comedia.

Y eso lo pueden decir los chicos de Seinfeld, las mujeres de Sex and the City, la misma Ellen DeGeneres y otros personajes. 

Sin embargo, esto para los fans no importa: en la era digital, aparte de escenas memorables, descubren más referencias, más gifs, o más cosas veladas entre líneas.

Incluso en un episodio plantearon, y se volvió viral, cómo Chandler “predijo” el coronavirus.

Esto hace a la serie vigente.

Y en épocas tan oscuras como las que hemos pasado, ver a estos jóvenes neuróticos a su manera, pero tiernos y leales a su manera, entre todos ellos, nos recuerda tiempos más felices.

Nos reconforta y sobre todo, nos hace reír.

Y esa ha sido la fórmula de su éxito y por la que volverán en una reunión que tiene a millones expectantes.

Hitos culturales de la serie

-El corte “Rachel”

El peinado que usó Jennifer Aniston en las primeras etapas del show fue un clásico de los 90 y uno de los más pedidos por entonces. Tuvo su revival en 2014-15.

-Merchandising

hay de todo. Tazas, camisetas con sus gags, e incluso, maquillaje: Revolution Beauty, de Londres, sacó varias paletas inspiradas en los apartamentos de los personajes, incluso en ellos mismos y el famoso labial de Joey.

-Smelly Cat

La canción ha sido un hit tan popular en la cultura pop, que incluso la misma Lisa Kudrow le enseñó a una estrella pop del tamaño de Taylor Swift a cantarla en vivo en un concierto memorable. 

-El baile de la “Gorda Mónica”

Si bien es uno de los estereotipos más ofensivos de la serie, al mostrar que las mujeres gordas solo sirven de punchline poco atractivo y que no pueden tener sexo, ver a Mónica salirse de su corrección y propiedad sigue representando un gag cómico para muchas personas. 

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